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Unas 250.000 personas ingresaron al templo desde la apertura de la capilla ardiente el miércoles, lo que llevó a las autoridades eclesiásticas a extender el horario de acceso y mantener las puertas abiertas durante estos tres días de exposición del féretro del pontífice.

Más de un cuarto de millón de personas despidieron al papa Francisco en la capilla ardiente instalada dentro de la basílica de San Pedro tras lo cual finalmente fue sellado ayer el féretro, en una ceremonia privada y no televisada de la que participaron pocas personas.

La ceremonia fue presidida por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, frente al altar mayor de la basílica de San Pedro. Junto al camarlengo se encontraba el cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años, Decano del Colegio Cardenalicio y otras altas figuras de la iglesia, entre ellas el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano y mencionado en todas las conjeturas como firme candidato a suceder a Francisco.

También participaron canónicos del Capítulo Vaticano, penitenciarios menores vaticanos y secretarios del Papa. Todos se habían congregado media hora antes frente al altar de la confesión.

Francisco murió el lunes a los 88 años y desde entonces creyentes y no creyentes, peregrinos, turistas y líderes políticos se congregaron en el Vaticano para despedirlo. El presidente Javier Milei es uno de los líderes mundiales que viajo al Vaticano sin embargo no llegó a tiempo antes de que se sellara el féretro y participará hoy de la ceremonia en la que se depositarán sus restos en la basílica de Santa María de la Mayor, bajo una lápida sencilla con una sola inscripción: Franciscus.

 

Roma está blindado

Italia puso en marcha un dispositivo de máxima seguridad ante el funeral del Papa Francisco que se celebrará hoy en la plaza de San Pedro del Vaticano, donde se esperan miles de fieles y numerosos jefes de Estado y de Gobierno, por lo que se desplegaron en Roma 4.000 policías y se extenderá una zona de exclusión aérea.

Cientos de agentes y miembros de la protección civil están ya presentes en torno al Vaticano para controlar el tráfico y guiar el alto flujo de personas que se dirige a la basílica de San Pedro para despedirse de Francisco, después de que el miércoles se llevara su cuerpo para ser expuesto en el templo hasta el viernes.

Unos 2.000 carabineros -policía militarizada-, así como agentes de la Policía de Estado y Guardia de Finanzas ya han sido desplegados, según el Ministerio del Interior. También hay cientos de agentes y patrullas de la Policía local de Roma, que ampliarán su presencia hasta 2.000 efectivos entre ayer y hoy.

Se prevé una zona de exclusión aérea del Vaticano que se extenderá por Roma, mientras que el área en torno a la plaza de San Pedro quedará blindada durante la jornada de hoy con detectores de metales, así como drones y medidas de vigilancia aérea del Ejército.

Según medios locales se desplegaron francotiradores, unidades caninas y de detección de explosivos a pie de calle y subterráneas, los cazas militares también están listos en caso de emergencia y se activarán dispositivos para detectar drones hostiles. También se amplió la presencia de unidades de policía fluvial para patrullar el río Tíber y sus orillas, así como de los bomberos.

Ante la llegada de delegaciones y fieles, se prevé reforzar a su vez la seguridad en estaciones de tren y de los aeropuertos romanos de Fiumicino y Ciampino, donde la gestión del tráfico aéreo y de las pistas se adaptará a las llegadas de las respectivas delegaciones.