El Congreso de Brasil aprobó la intervención federal de las fuerzas de seguridad de Brasilia decretada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva tras el asalto, el domingo pasado, a la sede de los tres poderes gubernamentales.
La aprobación del Senado completa un día después el aval dado por la Cámara de Diputados. La medida estará vigente hasta fines de enero.
Por otra parte, la justicia ordenó la detención del entonces responsable de la policía militar del Distrito Federal (DF) y del secretario de Seguridad, Anderson Torres, y la Fiscalía pidió el bloqueo de bienes del exmandatario Jair Bolsonaro y otros exfuncionarios.
"Esa minoría antidemocrática no representa al pueblo brasileño. Esa minoría golpista no impondrá su voluntad por medio de la barbarie, de la fuerza y de los actos criminales", declaró el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.
Si bien el decreto de intervención federal tiene valor de ley desde que se estampa la rúbrica del presidente, necesita la aprobación de las dos cámaras del Congreso.