Liz Truss renunció a su cargo de primera ministra del Reino Unido tras 44 días de haber asumido, dando fin al período más corto de la historia.
“No puedo cumplir con el mandato sobre el cual fui elegida”, declaró la mandataria en un breve discurso frente a 10 Downing Street. Añadió que “seguirá en el cargo hasta que se elija un sucesor”.
Tras el anuncio de Truss, el jefe de la oposición británica, el laborista Keir Starmer, pidió la celebración inmediata de elecciones. ”Los tories [conservadores] no pueden responder a su último descalabro simplemente chasqueando los dedos y modificando a los de arriba sin el consentimiento del pueblo británico. Necesitamos unas elecciones generales (...) ahora”, dijo el líder de la oposición en un comunicado.
El polémico plan económico que comenzó a aplicar en sus pocos días de mandato, desencadenó un caos financiero y una crisis política que derivó en la sustitución del secretario del Tesoro y en diversos cambios de rumbo en sus políticas, que la dejaron en una posición muy debilitada.