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Sin avances significativos, pero sí más espacio para el diálogo tras la reunión mantenida en Ginebra por los jefes de la diplomacia rusa y estadounidense para alejar la amenaza de guerra de las fronteras ucranianas.

El representante ruso, Serguéi Lavrov, mantiene sus posiciones y acusa a Occidente de llevar la situación a un extremo peligroso:

"Rusia nunca ha amenazado al pueblo de Ucrania a través de sus representantes oficiales... No descartamos que toda esta histeria, que nuestros colegas occidentales están exagerando actualmente, tenga como objetivo, si no provocar acciones militares ucranianas en el Donbás, y luego al menos cubrir al régimen de Kiev en el sabotaje total de los acuerdos de Minsk. No veo ninguna otra explicación".

El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, respondió que los rusos no necesitan mantener 100.000 soldados cerca de la frontera ucraniana y amplió las amenazas en caso de agresión rusa en Ucrania:

"También sabemos por experiencia que Rusia tiene un extenso libro de jugadas de agresión, sin llegar a la acción militar, que incluye ciberataques, tácticas paramilitares y otros medios para avanzar agresivamente en sus intereses sin utilizar abiertamente la acción militar. Esos tipos de agresión rusa también se enfrentarán a una respuesta decisiva, calibrada y, de nuevo, unida."

Miles de soldados ucranianos y rusos están desplegados a lo largo de su frontera común. Mientras tanto, la diplomacia intenta evitar lo peor. Blinken se reunirá con Lavrov la próxima semana y responderá sobre la lista de exigencias rusas de garantías de seguridad por parte de la OTAN que buscan limitar el papel del bloque militar occidental en Ucrania y el antiguo espacio soviético.