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No alcanzaron las ganas, quererlo más que el rival ni haber hecho el desgaste. Al final, fueron sus propios errores lo que marcó la distancia entre los Pumas y la medalla de bronce. La derrota por 26-23 ante Inglaterra marcó la despedida de Francia 2023.

Los argentinos no se van con las manos vacías, ya que pese a la inconsistencia dejaron momentos memorables y la tercera semifinal en su historia. Pero la sensación final es agridulce, luego de un partido que tenían como para ganarlo.

Un inicio desconcertante que los puso en desventaja, y fallas, especialmente de manejo, en momentos en que dominaban y tenían todo como para pasar al frente, dejaron a los Pumas sin medalla. Un resumen, en definitiva, de lo que fue el Mundial de Francia para los argentinos, que cuando se largaron a jugar lo hicieron con enjundia y mostraron ser competitivos ante los mejores, pero al mismo tiempo cayeron en momentos de desconcentración que les hicieron algunos partidos cuesta arriba y en fallas técnicas que les impidieron transformar en puntos momentos de dominio.

En 11 minutos los Pumas ya perdían por 13-0. A partir de eso fue todo cuesta arriba. Pero los Pumas se recuperaron y se hicieron dominadores. Incluso se pusieron al frente al inicio del segundo tiempo, pero en seguida un error en la salida devolvió la ventaja a los ingleses, que ya nunca mirarían hacia atrás. Los argentinos, que jugaron con la camiseta alternativa en alusión a los granaderos, siguieron batallando. La segunda mitad se jugó al ritmo que marcaron los Pumas, que dominaron físicamente a un equipo que parecía no querer jugar más. Chances de ganar no les faltaron. Una jugada de 17 fases frustrada a pocos metros del in-goal, un penal errado por Nicolás Sánchez para empatar a seis minutos del final y varios avances profundos frustrados por errores, aun después de quebrar la primera línea defensiva, terminaron dándoles un premio excesivo a los ingleses.

El comienzo del partido se pareció bastante a lo que ocurrió en Marsella 48 días atrás. Malas recepciones en las salidas, pérdidas de pelota no forzadas (seis en la primera mitad), lentitud en los rucks que propiciaron dos recuperaciones inglesas (tres más en el segundo tiempo), un line-out perdido. El try británico, a los 7 minutos, fue demasiado sencillo: line-out en ataque, cinco fases y quiebre de Ben Earl mezclado entre los backs, asistido por Marcus Smith.

La reacción anímica de los argentinos no estuvo acompañada por recursos técnicos. El primer avance profundo se desvaneció por un kick cruzado mal ejecutado por Santiago Carreras en procura de habilitar a Emiliano Boffelli. Había ventaja de penal que los Pumas cambiaron por scrum, pero el empuje inglés les hizo perder la pelota. De a poco, al menos, recuperaron el ímpetu y la agresividad. A los 36 minutos, después de un line en mitad de cancha y un avance de 10 fases muy verticales, llegó el try de Cubelli, en un momento clave, para irse al descanso a seis puntos de distancia (16-10).

El envión se prolongó al inicio de la segunda etapa, cuando Santiago Carreras quebró dos tackles (de dos primeras líneas) y puso a la Argentina arriba por primera vez. Pero en la jugada siguiente le taparon un despeje e Inglaterra volvió a adelantarse, vía Theo Dan, que atajó y no tuvo que correr mucho hasta el in-goal.

Lo que siguió fue las buenas intenciones de los Pumas contra sus errores. Cuando avanzaban, ganaban metros y generaban peligro, pero sumaron apenas dos penales (fue crucial el mencionado ataque de 17 fases terminó con penal en contra tras una pesca de Earl). Inglaterra ganaba metros con el pie y los regalos de los Pumas, que le permitieron sumar tres puntos. Pero si hacía más de un pase terminaba sucumbiendo ante la buena defensa de los granaderos.

A 10 minutos del final, la Rosa ganaba por 26-23. Los Pumas dominaron el tramo final, pero les faltó justeza para ganar su segunda medalla de bronce en la historia, tras la conseguida también en Francia, en 2007.

 

Sudáfrica y Nueva Zelanda definen al campeón

Los seleccionados de Sudáfrica y Nueva Zelanda disputarán la final del Mundial de Francia 2023, en el encuentro más interesante de este deporte, en el Stade de France, de Saint Denis. El partido comenzará a las 16, será dirigido por el árbitro Wayne Barnes de Inglaterra y sus asistentes serán sus compatriotas Karl Dickson y Mattheu Carley, con transmisión de la TV Pública, ESPN y la plataforma Star+. El encuentro de esta tarde será el más atrayente de una final entre dos grandes potencias del rugby mundial que irán por el tetracampeonato. Por su parte, Sudáfrica buscará obtener -además de su cuarto título- el bicampeonato, que aún no se ha registrado en las nueve ediciones de los Mundiales de rugby.