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Las sorprendentes Cuevas Pintadas de Guachipas fueron realizadas entre los siglos IX y XV por los pueblos originarios que habitaban esta región. Constituyen una de las muestras de arte prehispánico más importantes de Argentina.

Allí, en aleros, cuevas y paredes, hay numerosas representaciones de camélidos, cóndores, felinos y otros animales autóctonos, además de figuras geométricas y abstractas.

Se encuentra ubicado en el paraje Las Juntas al extremo sur del valle de Lerma, a 40 km del pueblo de Guachipas y a 150 km de Salta capital, en un llano de altura o de transición. A principios del siglo XX fue recorrido por los investigadores Eric Boman y Juan Bautista Ambrosetti; posteriormente, Lafone Quevedo y Adán Quiroga realizaron excavaciones allí, en particular en la zona de Carahuasi.

Las primeras novedades sobre la existencia de las cuevas pintadas, se remontan en 1903, cuando Eric Boman y Juan Bautista Ambrosetti, comenzaron a estudiarlas. El alero Ambrosetti, en el cerro de las Cuevas Pintadas o de Las Juntas, es el mejor conservado de todos, ya que fue cercado con alambres para protegerlo de vándalos. Las pinturas están hechas sobre una formación geológica del periodo cretácico y sus formas, producto de las rocas areniscas rojas, sobresalen sobre el resto de las serranías circundantes.

Las pinturas rupestres de las Cuevas Pintadas de Guachipas están formadas por treinta y tres aleros, donde los pueblos originarios dejaron dibujos y formas abstractas. Los motivos predominantes son los camélidos y los “hombres escudos”, que son figuras antropomorfas de gran diversidad de formas, colores y estilos. En los paneles hay escenas y personajes de la vida diaria, de otros periodos históricos: ceremonias religiosas, guerreros y animales como, suris, jaguares, aves, insectos y llamas.

10 27 guachipas2Este sitio estaba consagrado al Sol, cuyo nombre original fue “Oma Sacopo” (Significa el seno de las pirguas del sol). Las pinturas requieren de especifico cuidado, para evitar el avance de musgos, líquenes y plantas aerófilas, que de a poco se apoderan del lugar por la falta de cuidado.

En la década de 1960 el doctor Eduardo Mario Cigliano da a conocer el sitio científicamente. Alberto Rex González también lo visita y efectúa algunas investigaciones. Luis Ernesto Santillán, Mirta Santoni y Miguel Xamena, del Museo de Antropología de Salta, realizan durante varios años estudios y relevamientos en los diferentes aleros de Las Juntas. En 1995, en un convenio entre la Nación y la provincia de Salta, se logra incorporar este sitio al Programa de Documentación y Preservación del Arte Rupestre Argentino, efectúandose el más completo relevamiento hasta la fecha.

Victoria Quiroz, lugareña del paraje Las Juntas fallecida en 2011, realizó durante años y de modo voluntario la tarea de guía y custodia de las cuevas. Aleros y abrigos geológicos de la formación Pirgua, con extrañas formas, han sido el soporte ideal para realizar unas pinturas rupestres que destacan por su extraordinaria belleza artística y buen estado de conservación; todo el promontorio rocoso ha sido sin duda un lugar ceremonial. Correspondientes al Período de Desarrollos Regionales, las pinturas fueron realizadas con técnicas acabadas y utilizando productos minerales y orgánicos de la zona, tanto para la elaboración del soporte como para los pigmentos mismos.

Los motivos son variados, entre zoomorfos y antropomorfos, destacando el famoso “alero Ambrosetti” por su gran diversidad de motivos y figuras de distintos colores; hay escenas de camélidos –guanacos y llamas–, cóndores de gran tamaño, suris, alacranes, serpientes, zorros y batracios; las figuras antropomorfas representan hombres con tocados y unkus (ponchos) o portando escudos en actitud de guerra, caza de animales o ritos ceremoniales.

Pero lo más llamativo está en unas figuras rojas, negras y blancas que parecen guerreros, conocidas como hombres-escudos. Contemplarlas implica viajar en el tiempo hasta aquella lejana época, imaginar a esos hombres y mujeres, recordar su armónica relación con la naturaleza y, sobre todo, respetar su legado.

 

Los aborigenes que vivieron en el lugar los Guachipas dejaron su arte plasmado en estas piedras, los grabados rupestres son: hombres escudo, las vicuñas, suris, llamas, mariposas y el condor.

 

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