Ayer viernes fue una jornada marcada por intensas ráfagas que provocaron destrozos, sustos y daños materiales en distintos puntos de la Ciudad. Uno de los hechos más impactantes se registró en Caseros al 700, donde una pared medianera colapsó repentinamente y aplastó a un vehículo que se encontraba en una playa de estacionamiento. Dos expendedoras de gas, estuvieron a punto de ser alcanzadas por las llamas.

El derrumbe en el micro centro salteño ocurrió por en la tarde del viernes, en medio del temporal de viento que afectó a gran parte de la provincia y activó una alerta naranja. El estruendo sorprendió a vecinos, transeúntes y comerciantes de la zona, que vieron cómo una nube de polvo se elevaba tras el desplome.

Según testigos, una pared lateral -aparentemente debilitada por la acción del viento y el paso del tiempo- se vino abajo y cayó directamente sobre un Fiat Uno, que terminó completamente destruido. A su alrededor, otros dos vehículos sufrieron daños de menor consideración. Afortunadamente, no había personas cerca en el momento del colapso, lo que evitó una posible tragedia.

Con el correr de los minutos, los propietarios de los vehículos afectados comenzaron a llegar al lugar para evaluar los daños y activar sus seguros.

Un tronco sobre un auto

Horas antes, otro hecho alarmante ocurrió en avenida Belgrano esquina 20 de Febrero, donde un tronco de grandes dimensiones cayó repentinamente sobre un Renault 19 que se disponía a salir de una playa de estacionamiento. Dentro del vehículo se encontraba una familia completa, que acababa de subir al auto cuando se produjo el impacto.

El pesado tronco -arrancado por la fuerza del viento- cayó directamente sobre el parabrisas del auto, aplastándolo parcialmente. El conductor y sus acompañantes resultaron ilesos, pero sufrieron un fuerte susto.

“Escuchamos un ruido seco y después vimos cómo el árbol se desplomaba. No entendemos cómo no les pasó nada. Fue un milagro”, expresó una mujer que presenció la escena desde un comercio cercano.

Daños en toda la ciudad

Los efectos del viento zonda se hicieron sentir con fuerza en diversos barrios de la Capital y municipios aledaños. Durante toda la jornada se reportaron voladuras de techos, caída de postes de luz, ramas sobre la vía pública y principios de incendio en zonas de pastizales secos.

El meteorólogo Edgardo Escobar, en declaraciones a medios locales, informó que durante la media mañana las ráfagas superaron los 60 kilómetros por hora, y que no se descartaba que hayan alcanzado intensidades mayores en sectores específicos. “La combinación de sequedad, polvo en suspensión y ráfagas persistentes genera un escenario de riesgo elevado para estructuras inestables o árboles antiguos”, explicó.

Una expendedoras de gas sobre ruta 26, y otra sobre ruta 68, estuvieron a punto de ser alcanzadas por las llamas. Los bomberos y empleados de las mismas, ayudaron para evitar el desastre.

También hubo incendio en La Ciénaga, El Encon Chico, barrio Juan Pablo II. Una casa de barrio 20 de Junio se incendió en su totalidad.