“No hay mayor orgullo que representar a mi provincia y a mi país en un desafío como este”, afirmó Noel Castro Campos, la ingeniera salteña que fue seleccionada para formar parte del prestigioso Project PoSSUM del Instituto Internacional de Ciencias Astronáuticas, un programa de investigación en colaboración con la NASA. Su historia es una prueba de que la determinación y la pasión pueden abrir puertas en la industria aeroespacial, un sector que, hasta hace pocos años, parecía inaccesible para los argentinos.
A lo largo de su recorrido académico y profesional, Noel ha enfrentado numerosos desafíos y ha tomado decisiones que finalmente la llevaron a cumplir su sueño: entrenarse para convertirse en astronauta.
Su viaje comenzó en su ciudad natal, Salta Capital, donde desde pequeña sintió una fuerte fascinación por la exploración espacial. Sin embargo, como ocurre con muchos jóvenes, sus intereses fluctuaban con el tiempo. “A los 16 o 17 años uno no sabe bien qué hacer, pero cuando crecí, retomé esa pasión que siempre estuvo en mí”, recordó.
Inicialmente, Noel eligió estudiar ingeniería química en Buenos Aires, influenciada en parte por la trayectoria de su padre. Sin embargo, durante su formación universitaria descubrió la ingeniería biomédica, un campo que llamó poderosamente su atención. Convencida de que era su verdadera vocación, decidió cambiar de carrera y se graduó en la Universidad Favaloro. Su primer empleo fue en una clínica en Salta, donde trabajó en el área de equipos de soporte de vida, especializándose en respiradores, máquinas de anestesia y tecnología aplicada a la terapia intensiva.
Este conocimiento resultó clave para su admisión en el programa internacional, ya que los sistemas que permiten la supervivencia de los astronautas en el espacio se basan en tecnología médica avanzada. Aunque en ese momento no tenía antecedentes en la industria aeroespacial, su perfil único captó la atención de los responsables del Project PoSSUM, quienes vieron en ella un valioso aporte para la investigación en bioastronáutica. Así, en abril del año pasado, Noel viajó por primera vez a Florida para comenzar su riguroso entrenamiento.
El desafío
La formación para convertirse en astronauta exige una combinación de habilidades técnicas, científicas y físicas. “El entrenamiento físico es muy exigente. Se requiere mucho trabajo cardiovascular y de fuerza, especialmente para soportar las condiciones de microgravedad y las fuerzas G”, explicó Noel.
Uno de los momentos más impactantes de su preparación fue su experiencia en vuelos de gravedad cero. “Es una sensación indescriptible. Al principio es intenso porque pasás de experimentar 4G a la ingravidez en cuestión de segundos, pero después te acostumbrás y realmente disfrutas del momento”, relató.
Además, compartió un detalle curioso sobre los astronautas en la Estación Espacial Internacional: deben entrenar al menos dos horas al día para mitigar los efectos negativos que el ambiente espacial puede generar en el cuerpo humano. “La falta de gravedad afecta la masa ósea y muscular, por eso el ejercicio es fundamental para garantizar la salud de quienes pasan largos períodos fuera de la Tierra”, comentó.
Su futuro
Consultada sobre sus próximos pasos, Noel explicó que actualmente se encuentra a la espera de que le asignen una misión específica dentro del programa. Aunque los vuelos tripulados a Marte están proyectados para 2030 y las primeras misiones sin humanos para 2027, existe la posibilidad de que pueda integrar una expedición a la Estación Espacial Internacional en un futuro cercano.
“Ya estar dentro del programa es un paso enorme. Una vez asignada una misión, el entrenamiento se vuelve aún más especializado y se enfoca en cada tarea concreta dentro de la misión”, explicó. Además, señaló su interés en colaborar con Argentina para impulsar un proyecto espacial nacional, demostrando que el país tiene talento y capacidad para formar astronautas y participar en misiones científicas de vanguardia.
Un sueño
Al finalizar la entrevista, la ingeniera salteña expresó su gratitud por la oportunidad que está viviendo y reafirmó su compromiso con su formación y con el futuro de la ciencia en Argentina.
“Sigo entrenando y formándome para estar lista. Me encantaría poder llevar a mi país al espacio, representar a nuestra gente y demostrar que no hay límites cuando se trabaja con dedicación y esfuerzo”, concluyó.