La Dra. Josefina Medrano, en su habitual columna de salud en el programa de Punto Uno habló sobre la relevancia del sueño a lo largo de las diferentes etapas de la vida. Según la doctora, el sueño no es simplemente un estado pasivo, sino un proceso activo esencial para el desarrollo del cerebro y la salud general del organismo.
Desde la gestación, el sueño juega un papel crucial, Medrano destacó que incluso antes de nacer, ya existen momentos de vigilia y sueño. Los más pequeños pueden llegar a dormir hasta 18 horas al día y a medida que envejecemos, estas horas disminuyen significativamente. Sin embargo, en la adolescencia, se observa un nuevo cambio en el ciclo del sueño, donde los jóvenes tienden a dormir más durante el día y menos en la noche, lo cual está estrechamente relacionado con la producción de melatonina.
La melatonina es una hormona que regula el ciclo sueño-vigilia. Se produce principalmente en la glándula pineal del cerebro y su secreción está influenciada por la luz. Durante la noche, los niveles de melatonina aumentan, lo que induce el sueño. En la adolescencia, los ritmos circadianos cambian, lo que explica por qué los adolescentes tienden a quedarse despiertos hasta más tarde y dormir más durante el día. Comprender la función de la melatonina es clave para ajustar nuestros hábitos y mejorar la calidad del sueño.
Uno de los puntos más enfatizados por la doctora fue la importancia de los hábitos y la higiene del sueño para evitar trastornos. Un ambiente sereno, con luz tenue y sin estímulos internos, es ideal para facilitar la entrada en el sueño. Apagar pantallas y mantener una rutina constante son claves para un descanso reparador.
Los problemas de sueño, como la hipersomnia en adolescentes y el insomnio, hoy en día son cada vez más comunes. La hipersomnia se refiere a una somnolencia excesiva durante el día o a periodos prolongados de sueño nocturno. En los adolescentes, esta condición puede estar relacionada con cambios hormonales, estilos de vida irregulares y el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Es crucial abordar la hipersomnia, ya que puede afectar el rendimiento académico y las actividades diarias de los jóvenes.
El insomnio, en particular, es un síntoma de estrés que puede traer múltiples consecuencias negativas, impidiendo que el sueño cumpla su función restauradora en el cuerpo. La falta de sueño adecuado afecta el rendimiento laboral, las emociones e incluso el funcionamiento del sistema inmune.
Para fomentar una buena rutina de sueño, sugirió varios hábitos saludables como ajustar nuestro horario para dormir entre 6 a 8 horas diarias, respetando el ciclo circadiano. Antes de dormir, es recomendable consumir comidas ligeras y buscar momentos de relajación y tranquilidad que faciliten la conciliación del sueño.
El sueño, como subrayó Medrano, es un pilar fundamental para nuestra salud general. Adoptar buenos hábitos y crear un entorno propicio para el descanso no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que también nos protege contra el estrés y refuerza nuestro sistema inmunológico. Así, entender y cuidar nuestro sueño es una inversión directa en nuestra salud y bienestar.