El Presidente estará en la Cumbre de Líderes regional que se hará la semana que viene en Montevideo. Recibirá la Presidencia Pro Tempore de manos del uruguayo Lacalle Pou, el titular saliente. Las tensiones internas del bloque. Las discusiones en Europa por el Tratado de Libre Comercio.
Yamandú Orsi le dio la última pincelada de 2024 al planisferio político de América del Sur. El presidente electo de Uruguay asumirá su mandato en marzo del año que viene y marcará el regreso de la centroizquierda al poder. La región quedó incómoda para Javier Milei. El líder de La Libertad Avanza aparece como el referente de la derecha ante un paisaje que completan Lula Da Silva, de Brasil, Santiago Peña, de Paraguay, y el saliente Luis Lacalle Pou. El paraguayo tiene empatía ideológica con su par argentino, aunque Argentina tiene un peso mayor en el continente. En ese marco tendrá lugar la Cumbre de Líderes del Mercosur que se hará la semana que viene en Montevideo. Se desarrollará en un escenario geopolítico en transición y con una incógnita que puede cambiar el futuro del bloque: la posibilidad de avanzar en la firma del Acuerdo con la Unión Europea.
Sobre el triunfo de Orsi, Argentina envió el saludo protocolar mediante la Cancillería. Milei tiene diferencias ideológicas con el presidente electo, proveniente del Frente Amplio de Pepe Mujica, pero buscará conservar el diálogo diplomático con la Torre Ejecutiva de Montevideo.
El ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, prepara por estas horas el viaje de Milei a Uruguay. La cumbre de presidentes está prevista para 6 de diciembre. El motivo es concretar el traspaso de la Presidencia Pro Tempore (PPT) de Luis Lacalle Pou a Javier Milei. Infobae pudo confirmar en Brasilia que Lula estará presente, así como también el paraguayo Peña. Será la primera vez que el Jefe de Estado argentino participe en una cumbre del Mercosur.
La última reunión de líderes fue en julio, en Asunción, y Milei no asistió. La ex canciller Diana Mondino participó en representación de la Argentina. Fue el único presidente que no estuvo y su ausencia quedó evidenciada en la foto de familia. Lacalle Pou le hizo un reproche público al libertario por no ir a la reunión en Paraguay. Para aplacar esa rispidez, Milei recibió 10 días después al mandatario uruguayo en la Casa Rosada.
En esta ocasión, el Jefe de Estado viajará para asumir la PPT. Será su primera cita en el marco del Mercosur y, algo no menor, su segundo encuentro personal con Lula después del frío saludo entre ambos durante el G20 de Río de Janeiro. Milei criticará en Montevideo el funcionamiento actual del bloque y expondrá su perspectiva sobre la geopolítica.
Con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, Milei profundizará su alineamiento estratégico con Estados Unidos e Israel. El Presidente y Werthein exploran la posibilidad de generar un Tratado de Libre Comercio con Washington DC. Esa hipótesis resonó en la región; de concretarse, implicaría una ruptura con el Mercosur, porque el bloque tiene una cláusula que impide avanzar en negociaciones comerciales bilaterales sin la consulta de rigor al resto de los miembros. Esa discusión se dio entre el ex presidente Alberto Fernández y Lacalle Pou cuando Uruguay impulsaba un convenio con China.
Milei está en desacuerdo con el rumbo actual del Mercosur. No sólo eso, sino que también tiene reservas respecto del Tratado de Libre Comercio entre el bloque y la Unión Europea. Así se lo hizo saber a Emmanuel Macron, presidente de Francia, en la bilateral que tuvieron en Casa Rosada. No obstante, el libertario exhibió dotes de pragmatismo en la ejecución de la política exterior.
El líder francés es el principal detractor europeo de ese Acuerdo. Enfrenta críticas constantes de los agricultores franceses, para quienes el pacto con los países sudamericanos implica “desventajas” y pérdida de competitividad.
Milei escuchó a Macron con atención. El jefe del Palacio Eliseo le dejó en claro que hará todo para reunir una minoría de bloqueo para trabar la firma del Acuerdo. El tratado entre el Mercosur y la Unión Europea tiene dos grandes partes. El apartado comercial es el que se busca suscribir por estas horas, porque la Comisión Europea tiene atribuciones para avanzar en ese sentido sin necesidad de la aprobación de los 27 parlamentos miembros de esa sociedad internacional. La segunda parte, con el marco institucional y de derechos humanos, requerirá la ratificación de todos los parlamentos.
En Europa, España, Alemania e Italia son los principales defensores del Acuerdo. Sin embargo, en Roma hay versiones encontradas. Giorgia Meloni, primera ministra italiana, conversó del tema con Milei en su visita a Argentina. Si bien el canciller de Italia, Antonio Tajani, había dicho en octubre que estaban “abiertos” a las negociaciones del Acuerdo, esta semana hubo un punto de resistencia en el Palazzo Chigi. Francesco Lollobrigida, ministro de Agricultura de Italia, puso reparos y consideró que el tratado es desfavorable para los agricultores italianos y europeos.
En Bruselas, una de las máximas interesadas en promover el Acuerdo con Mercosur es Úrsula von der Leyen, presidenta reelecta de la Comisión Europea. La médica alemana impulsará el pacto en contra de la voluntad de Macron. Pese a que Francia perdió peso en el Parlamento Europeo, es una potencia desequilibrante en el Viejo Continente. En diciembre asumen las nuevas autoridades de la Comisión, que seguirá liderada por Kaja Kallas, ex primera ministra de Estonia que se desempeñará como Alta representante de Asuntos Exteriores de la UE, quien ya se pronunció en favor del Acuerdo con el Mercosur.
Idas y vueltas
Cabe recordar que el acuerdo entre el Mercosur y la UE es un tratado de libre comercio que busca consolidar lazos económicos, políticos y sociales entre ambas regiones. En concreto, se propone facilitar el acceso a los mercados con reducción de aranceles para el intercambio de bienes y servicios, fija compromiso con estándares ambientales, laborales y de derechos humanos, alineados con el Acuerdo de París, y actualiza reglas comerciales en áreas como propiedad intelectual, normas sanitarias y fitosanitarias, y comercio digital.
Las negociaciones comenzaron en 1995 con la firma del Acuerdo Marco de Cooperación Interregional. Sin embargo, hubo idas y vueltas durante 30 años. En 2004 se intentó concretarlo, pero no se logró consenso. Las conversaciones se enfriaron hasta 2010. La firma preliminar en 2019 exhumó el acuerdo, pero luego surgió la preocupación de Europa por la deforestación en el Amazonas y el Pacto Verde.
En 2023, las partes anunciaron la reanudación de las negociaciones. Entre otros factores, la invasión de Rusia a Ucrania desató una crisis en seguridad alimentaria y energética en la UE que despertó nuevamente el interés por acelerar las negociaciones con el Mercosur.