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Después de varios intentos fallidos, Javier Milei logró juntar un puñado de gobernadores para que lo acompañen en la firma de un decálogo de intenciones que pretende transformar en políticas públicas bajo el rótulo de «Pacto de Mayo» y que se firmará hoy, a las 23 horas.

El gobierno lograría juntar 16 gobernadores. Lejos de mostrar unidad, tal como pretendía, la convocatoria dividió al país en tres: los gobernadores que van, los que no van –pero todavía no lo dicen– y los que ya avisaron que no van a apoyar las medidas de un gobierno nacional que les quitó los fondos educativos, del trasporte y previsionales.

Esta convocatoria, que estaba prevista originalmente para el 25 de mayo, tuvo que ser pospuesta por falta de quórum. Además el gobierno quiso tener sancionada su Ley Bases, una herramienta política para llevar el ajuste adelante. Esta pretendida iniciativa patriótica, pretende ser una muestra de consenso político demandada por el FMI, que cierra una primera etapa de gobierno tras la sanción de la ley que contó con el apoyo de legisladores de provincias radicales y peronistas.

Entre los gobernadores que confirmaron desde la hora cero se encuentran tres peronistas: Gustavo Sáenz, de Salta, Raúl Jalil, de Catamarca, Martín Llaryora, de Córdoba y el propio anfitrión tucumano, Osvaldo Jaldo. En un segundo grupo se ubican los gobernadores del PRO, atravesados por la feroz interna que tensiona el vínculo entre su fundador Mauricio Macri y su excandidata a presidenta Patricia Bullrich.  Se confirmó la presencia de Ignacio Torres, de Chubut, Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, Claudio Poggi, de San Luis, y Marcelo Orrego, de San Juan. También dará el presente Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño que la semana pasada, junto a su primo, le reclamó al gobierno que cumpla con el fallo de la Corte Suprema y le baje la plata prometida por los puntos de coparticipación que el expresidente le había otorgado a la Ciudad.

Macri asegura que quiere dar apoyo y legitimidad al gobierno, con el cual tiene acuerdos ideológicos, pero, tal como sostuvo esta semana en el comunicado post encuentro partidario, no promueve ninguna fusión, tal como había pedido Milei. También se suman a este grupo los radicales Gustavo Valdés, de Corrientes, Maximiliano Pullaro, de Santa Fe, Alfredo Cornejo, de Mendoza, Carlos Sadir, de Jujuy, Leandro Zdero de Chaco.

En un tercer grupo se encuentran los gobernadores peronistas y filo peronistas enfrentados desde el primer día a la administración Milei. Entre ellos están el bonaerense Axel Kicillof, el pampeano Sergio Ziliotto, el formoseño Gildo Insfrán, el riojano Ricardo Quintela y el fueguino Gustavo Melella. La frase que resume todos sus posicionamientos la pronunció Kicillof la semana pasada, en el acto que pretendió dar por terminada la interna peronista bonaerense: “El pacto es con el pueblo”.

Por su parte, los mandatarios de fuerzas provinciales como Rolando Figueroa, de Neuquén, y de Misiones Hugo Passalacqua, sí concurrirán. Sin embargo, Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, y Claudio Vidal, de Santa Cruz no confirmaron cuál será su decisión, aunque fuentes provinciales se inclinaron por la negativa. En el caso de Vidal, el gobierno nacional no cumplió con la palabra de otorgar la gestión de Yacimientos Carboníferos Río Turbio a la provincia. Tampoco está clara la posición de Alberto Weretilneck, de Río Negro.

La transferencia de obras nacionales a las provincias fue la prenda de cambio que propuso el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a los mandatarios para conseguir apoyos, luego de que se implementara la decisión de desactivar casi por completo los trabajos de infraestructura.