Por Natalia Aguiar
La situación sanitaria y epidemiológica en Argentina atraviesa una situación muy seria ya que la semana pasada se superaron los 80 mil muertos por Covid-19, mientras el gobierno apuesta a las vacunas con las elecciones por delante.
La cuestión es crítica por dónde se analice y el ejecutivo cuenta con poco margen de acción ya que el sistema sanitario ha colapsado en las áreas de mayor circulación del virus. El fin de semana pasado rigió otro confinamiento estricto en las jurisdicciones con alarma viral. Restricciones que quizás no sean suficientes ante la cantidad de casos de decesos, lo que por un lado, hace que las terapias intensivas no colapsen pero por el otro, es una preocupación in crescendo. Razón por la que el gobierno analiza tras la finalización de éste nuevo encierro preventivo, impulsar otros tantos confinamientos intermitentes para evitar subas en los casos y mortandad. Es que actualmente 13 provincias se encuentran con el 75% de ocupación de camas en terapia intensiva.
La buena nueva es que en Argentina empezará a fabricarse la vacuna Sputnik V tras un acuerdo con el Centro Gamaleya de Rusia y el laboratorio argentino Richmond, cuyo titular Marcelo Figueras, aseguró: “El Gobierno se enteró después de que yo hice esto”. Es que al señor se lo vincula como cercano al oficialismo. Aunque en una entrevista radial lo negó y agregó: "Nosotros empezamos hablando con nuestros socios de la India con los que estábamos ya desarrollando productos biotecnológicos, y cuando nos plantearon el tema de la vacuna empezamos a trabajar con ellos y después se lo comunicamos al Gobierno". Además, agregó: "Mi relación de tantos años con el laboratorio Hetero, de la India, que no sabe nada de la política argentina, fue la puerta de entrada a Rusia", contestándole a Marcelo Bonelli en Radio Mitre. Lo que también destacó el empresario es que Argentina contaría con el primer componente para la realización de la vacuna, pero les falta el segundo…
Vacúnate, vótame
En algunas provincias aparecieron vacunas de repente como en Salta y Tucumán, quizás, al igual que a nivel nacional, por las fechas de las elecciones ya marcadas en el calendario. Mientras oficialismo y oposición debaten aún por las vacunas Pfizer, y en medio de un contexto de fragilidad económica, Alberto Fernández se concentra en duplicar la cantidad de vacunados antes de las elecciones. Una vacuna por un voto. Será costoso para el Estado afrontar estas elecciones, que creen depende de la cantidad de vacunados. Brindarle seguridad epidemiológica al pueblo. Es que antes, los punteros políticos entregaban una zapatilla, y tras votar la otra para que pudieran ser usadas juntas a la par. Ahora la cuestión tomó otro tenor…
Así es pues que el gobierno centra la campaña electoral 2021 en la vacunación y el tema ya genera tensión, porque desde el Ejecutivo no sostienen un discurso sólido respecto los lineamientos de las negociaciones para conseguir vacunas. No aclares, que oscurece. Desde la oposición, incluso desde la Auditoría General de la Nación, piden informes sobre los contratos con los laboratorios y pretenden dar batalla. Es que todos quieren sacar rédito electoral en plena tragedia nacional. Ayer Misiones fue la primera provincia en llevar adelante elecciones, veremos hoy los resultados.
Tras el voto a cualquier costo
Muchas preguntas se hace la gente de a pie que aspira a ser vacunada cuanto antes. Una de las posibilidades es que el Gobierno haya estado tratando de evitar asumir deudas en dólares y puso en jaque a la Argentina hasta tanto llegaran las fechas electorales para apretar el acelerador. De hecho, fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero quien admitió que no se gestionaron más vacunas al fondo Covax por razones económicas, pero optaron por AstraZeneca. ¿Entonces no se estaría priorizando la vida… sino la campaña electoral? Lo importante es ganar no importa cómo. Pero el jefe de Gabinete no la dejó pasar y apuntó: “Juntos por el Cambio trabaja todos los días para sacar rédito político de la pandemia y ganar las elecciones”.
Mientras el ciudadano debe trabajar para comer, las empresas y pymes tambalean, los comerciantes se ven obligados a cerrar y a otros los obligan. El hartazgo se refleja en la mirada, en los gestos. El agobio llegó a los argentinos. Es que la vacuna es sinónimo de extender la vida, las esperanzas, la concreción de proyectos. Si el gobierno hubiese sido claro en sus negociaciones, en la obtención de vacunas y en la manera de comunicar: ¿Cuántas personas hubieran sobrevivido al Covid? ¿Cuántas vidas se hubieran salvado?
Pero la deficiencia en la administración pública argentina es la regla, no sólo en el plano sanitario sino también en materia de seguridad, energía, relaciones internacionales, políticas económicas, educación y estrategias de comunicación, entre otras tantísimas falencias que hacen la vida de los argentinos cada vez más difícil. Sinuosa, asfixiante, en permanente escalada.
Es una reiteración constante en los gobiernos argentinos, sea de la bandera que sea, el atado con alambre, la toma de decisiones para tapar baches, agujeros negros, medidas a corto plazo, improvisadas y sin raciocinio mediante. “Para la gilada”, se diría en los barrios.
Tomen nota
Los gobiernos de uno y otro color deben empezar a gobernar con políticas, ideas claras, proyecciones a largo plazo. Pensar desde los cimientos la Argentina del futuro.
Los daños ocasionados por la falta de políticas estructurales para este bendito país serán profundos, y el gobierno, como la oposición, deberían tomar nota y hacer frente a la situación.
La urgencia por el Covid 19, la ausencia de estructura sanitaria, las demandas de la gente, deberían ser prioridad para la gestión de Fernández, pero parece mirar hacia otro lado. En este contexto el gobierno debería transparentar las negociaciones con los laboratorios para conseguir vacunas, erradicar la desconfianza, generar respeto, confianza y demostrar capacidad estratégica de gestión y vacunación. Sin embargo, se empecina en mantener una comunicación deficiente y un humo oscuro que tiñe de sospechas en vez de brindar certezas. Ni oposición ni oficialismo esconden las aspiraciones políticas, las intencionalidades y la grieta, mientras miles y miles de personas luchan contra el Covid y otras pierden la batalla y entregan la vida.
La especulación electoral y política genera rechazo en la sociedad y demanda de los políticos operatividad y certezas. La gente quiere vivir, vacunarse, disfrutar con sus seres queridos. Planear, proyectar la vida. La vacuna es vida, es libertad, es futuro. Pero en el cuarto oscuro, los argentinos estamos solos. Que no sea una vacuna por un voto, en subestimación a la inteligencia argentina, sino el voto por la vida.