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Por Natalia Aguiar

Javier Milei fue víctima de su propia torpeza y quizás lo haya comprendido tras la multitudinaria marcha universitaria en todo el país, organizada por autoridades, estudiantes y alumnos, que convocó y unió en convicciones a gran parte de la ciudadanía.

Alguien tenía que decirle a Milei que se está excediendo en las formas, porque la educación es la esperanza que le queda al pueblo. Es como quitarle el agua al sediento. La Educación Pública es el último rayo de luz en tanta incertidumbre. Es la esperanza para la clase media, para los que aspiran a cambiar sus vidas y las de sus familias.

Sólo en Buenos Aires la marcha reunió a más de 150.000 personas que caminaron desde el Congreso Nacional a la Casa Rosada con libros en la mano, para dar un claro mensaje y lo dieron.

Claro que las universidades públicas deberían ser auditadas lo que no quita el sentido que tuvo la marcha. Fue una movilización genuina en pos de igualdad.

La Universidad Pública equipara los derechos, le otorga a los jóvenes las mismas posibilidades que a otros jóvenes que pueden acceder a universidades aranceladas en Argentina y en el exterior. Aquel que no cuenta con una familia adinerada, le queda la esperanza de estudiar en la universidad pública.

Es cierto que hubo personalidades de la política que participaron de la marcha pero tampoco le quietaron legitimidad porque el pedido de igualdad de oportunidades y libertad de opiniones, fue superior a las cuestiones politizadas o los intentos de sacar rédito.

La vida de la gente sin educación y sin cultura, es la nada misma. Son derechos humanos garantizados por nuestra Constitución Nacional y tratados internacionales ratificados por nuestro país. Milei los está desoyendo, como tantas otras cosas que prefiere no ver, no escuchar, no sentir, no empatizar.

La multitudinaria marcha mostró las debilidades, desajustes, disfuncionalidades del Gobierno en medio de un clima de internas. El gobierno no logra generar gobernabilidad y tampoco detecta los problemas como para actuar en consecuencia, además de deficiencias para solucionarlos.

El subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, y el secretario de Educación, Carlos Torrendell, habían advertido hace un mes que el frente universitario se estaba complicando. Es que los salarios docentes estaban congelados y con un atraso respecto de la inflación.

Las negociaciones de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, no fueron eficaces ante Luis Caputo para que liberara partidas. Allí se trabaron los fondos para universidades y hospitales. En este tironeo, Maximiliano Keczeli, secretario de Coordinación Legal y Administrativa, mano derecha de Pettovello, renunció sin más explicaciones. Aunque está todo dicho. Debió intervenir Santiago Caputo, el mismo que intercedió por la CGT, para que su tío “Toto” Caputo accediera a limar asperezas con las universidades que mantendrán esta semana una reunión con el Gobierno.

 

“La cultura hackeada”

EL LIBRO: “Bienvenidos a la gran fiesta del libro, de la cultura y de la democracia”, dijo Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, en la apertura de la 48° Feria del Libro. Este gran encuentro que comienó el jueves pasado, es la muestra viva de la importancia del libro, el libro nos une, nos educa, nos fortalece, nos interpela. Somos parte de la cultura del libro, reconocemos a los escritores casi como miembros de nuestra familia. Pero a su vez, no es casual que políticos, ex presidentes y presidentes escriban libros y los presenten en la Feria. Esto habla a las claras de la pujanza del objeto libro y de la fortaleza de esta Feria.

CULTURA: El libro es cultura, y en momentos en los que se encuentra hackeada, atravesada por el intento de desfinanciamiento, la Feria se erige como un faro cultural en el medio de la oscuridad.

DEMOCRACIA: Este espacio se confirma como un sostén democrático y plural, en donde hay lugar para todas las voces y pensamientos.

Este capítulo de la Feria representa la resistencia, ya que la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se realiza en un marco de suma complejidad. Los verdaderos hacedores de este mega evento que años tras año se supera –o sea la gente, los lectores que nos acompañan- observan con perplejidad que las medidas económicas que se toman desde las más altas esferas del gobierno, los arrastran sin compasión a un mundo lejano, muy lejano al paraíso que imaginaba Borges”.

Detalló Vaccaro que la industria del libro que se venía recuperando con mucha dificultad, después de la oscura noche de los últimos años de la década pasada, y de la pandemia, encuentra un freno que nos retrotrae a cifras sombrías. Nada como la objetividad de los datos: en 2015 el país produjo 129 millones de libros para caer en 2018 a 26 millones, en 2023 y luego de la pandemia las cifras llegaron a 48 millones de ejemplares. “Este año la cifra final no se describe con números sino con palabras: será paupérrima”, dijo el presidente de la Fundación El Libro.

“Un ataque despiadado a todas las expresiones culturales, sin justificación económica, pero respaldado por un sesgo ideológico alarmante, no hace otra cosa que poner en guardia a los creadores esenciales que nos hacen la vida más placentera.

Las medidas que se han tratado de implementar son ataques al corazón de la cultura por eso expresamos con todas nuestras fuerzas y decimos:

NO al cierre del Fondo Nacional de las Artes

NO al cierre del Instituto Nacional del Teatro

NO al desguace del Instituto Nacional de Cine INCAA

NO a la derogación de la ley N° 25542 de Defensa de la Actividad Librera

NO a la negativa a comprar algo más de catorce millones de manuales escolares por parte del Ministerio de Capital Humano, que iban a ser entregados a las escuelas públicas, con el pueril y risueño si no fuera trágico, argumento: “porque no hay tiempo”. Hago mención que la selección se hace en forma transparente por comisiones evaluadoras provinciales, precedidas por una comisión evaluadora nacional.

SI a la Universidad Pública Gratuita e Inclusiva”.

La cultura, el arte, la educación, elevan el espíritu de cualquier ser humano, y el arrebato de ellos, es una masacre, un genocidio intelectual. La postura del presidente Javier Milei es retrógrada y mesquina, porque un pueblo sin estímulo vital, es la nada misma.

 

“No, hermano, no tenés superávit”

La ex vicepresidenta reclamó por un “plan de estabilización” y un “golpe de timón” de las política económicas; cuestiónó los logros económicos que celebra el Gobierno. “No, hermano, no tenés superávit”, “le faltan 90 para el peso” y “Soy la condesa de Chikoff”, fueron algunas de las frases de Cristina. “Cuando escuché al Presidente congratularse por el superávit público del primer trimestre y resulta que no pagaste la energía, las obras públicas, y le debés a las provincias y a las universidades... No hermano, no tenes superávit. Mirá todo lo que debés”, apuntó la ex vicepresidenta durante su discurso en la tarde del sábado.

“Es un superávit que no tiene sustento. Creer que en la Argentina el problema es el déficit fiscal es no entender el país, la economía y el mundo”, continuó la ex mandataria a lo largo de su alocución en la que también cargó contra una “falta de plan de estabilización” económica.

Milei le contestó a Cristina: “¿De qué sirve lo que estamos haciendo? Sirve para reconstruir el país que ustedes destruyeron...”. Una hora después de la reaparición pública de Cristina Kirchner , el jefe de Estado apuntó contra la ex vice en su cuenta oficial de X: “La gente pasa hambre porque ustedes durante décadas defendieron un modelo que se basaba en gastar sin límites y falsificar dinero para tapar el agujero. El resultado es un país destruido con 60% de pobres”. “¿De qué sirve lo que estamos haciendo? Sirve para reconstruir el país que ustedes destruyeron”, sentenció el mandatario. Y luego cerró con su típica frase: “Viva la libertad carajo”.

Cristina Kirchner perdió la memoria y deja de lado las falencias de sus gobiernos, tiene razón en que se trata de un superávit ficticio, en base al sacrificio inhumano de los argentinos.

Mientras se cruzan en redes, la bomba le explotó a los argentinos quienes no encuentran certezas. Es que las acciones de Milei y sus funcionarios no inspiran, por el contrario generan incertidumbre, desorientación.

Milei por su parte sigue siendo un provocador de mal gusto, mal educado y soberbio al que la gente le está diciendo NO. Si no escucha, se sumirá en su propia sordera mientras la gente buscará la salida hacia la luz, a través del voto.

Ahora el objetivo es aprobar la Ley Bases a como de lugar para demostrar gobernabilidad, aunque no la tengan, y la orden de Milei fue bajar las internas entre los funcionarios libertarios, porque la realidad los supera.