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A veces la vida es una constante sorpresa y la labor periodística, lleva a conocer personas diferentes, atractivas, otras no tantos, algunas especiales, talentosas, inteligentes, otras no tanto, idealistas, oportunistas, trabajadores, ingeniosos, y más y más.

Por Natalia Aguiar

Quizás sea uno de los puntos más enriquecedores de la profesión de aquel que pretende trasladar la realidad y opiniones a las palabras. O de aquel que investiga y pretende que con su trabajo, la gente reaccione y pueda tener más información, porque el conocimiento otorga libertad y poder de decisión. La información, el conocimiento hace libre a las personas. Esa libertad también revela mayor responsabilidad. Que la tecnología no cese ya que democratiza el saber, lo expande… claro que se necesita del criterio para navegar en el mar de la información, pero la tecnología iguala y eso es muy importante entre las diferencias.

Así pues, José Luis Kelly, un protagonista de la política argentina que pretende ser presidente de la Nación, con todas las adversidades en contra. Pero igualmente no baja los brazos y aspira a poder cambiar la realidad del país. Ha dado mucho al país y va por más, junto a sus hijos y nietos. Kelly, peina canas de experiencias, disgustos y logros, ingeniero químico, empresario exportador y fundador del partido UNO junto a Carlos Bilardo. Es ingeniero egresado de la Universidad Tecnológica Nacional de La Plata, es profesor universitario y conduce una constructora, una compañía exportadora de sus propios productos y Mercado del Mundo, una empresa de venta on line. Patentó cuatro inventos en cinco países, entre ellos un disipador de agua que exporta a 15 países y otro que genera agua potable a partir del medio ambiente. En su momento, Kelly encabezó la denuncia contra el Banco de Crédito Provincial (BCP), culpable de estafar a 21.000 ahorristas. Se logró una condena histórica contra el banquero Francisco Trusso, pero luego de algunos años preso fue puesto en libertad. Por eso, entre otros motivos, impulsa un proyecto de transformación del Consejo de la Magistratura y una serie de reformas puntuales para las causas de corrupción.

Claro, que a los políticos tradicionales su discurso no le gusta para nada, porque las verdades ofenden a aquel que no quiere, no sabe, no puede escuchar porque le refleja su propia incapacidad, incongruencias o ilegalidad.

 

Un camino de obstáculos

No es un protagonista nuevo de la política nacional, sino uno al que le cuesta mucho llegar, porque como él mismo lo sostuvo “los grandes medios me pidieron plata para entrevistas, está todo arreglado y es un monopolio de la información”. Es que quizás Kelly no se percató de que en los medios hay muchos supuestos accionistas que representan a personas influyentes de la política nacional. Además, sinceros al fin, los grandes medios dependen de la pauta publicitaria que le brinda el Estado Nacional o provincial, y las negociaciones empiezan desde antes de que lleguen al poder. Al llegar, se cumple con la palabra dada. Por lo tanto, la libertad de expresión, entre los políticos, o también en aquellos que pretenden llegar, es una utopía. Salvo que tenga poder, influencias, o acciones en los medios de difusión nacional.

“El problema de la Argentina es la corrupción. Debemos lograr una justicia independiente para poder avanzar”, dijo Kelly al preguntarle sobre la problemática de fondo que analiza en la Argentina.

“Desde 1983 a 1994 veníamos en caída, con Alfonsín teníamos inflación de 2200 por anual, hoy no se puede vivir con esta inflación y él tuvo 2200 anual. Menem asumió y los tres primeros años fue un desconcierto total. En 1994 Menem y Alfonsín realizan el Pacto de Olivos, que ninguna institución lo analizó, menos la justicia, pero para mí… fue un quiebre. Esto nos convirtió en un precipicio. Le dio el tercer senador a los radicales. Tres mil millones de dólares por año a Duhalde para los fondos del conurbano, donde peronistas y radicales en un abrir y cerrar de ojos se llevaron 700 millones de dólares. Y por si fuera poco, crearon el Consejo de la Magistratura, y a mi entender, decretó la constitucionalidad de la impunidad. El poder político nombra funcionarios, senadores, diputados, jueces y para completar la impunidad nombra a los representantes de los diversos sectores para nombrar a los jueces. Entonces es una forma de controlar la corrupción. Es como si el jurado de un juicio esté compuesto por familiares y amigos de los acusados enjuiciados. Esto es lo que pasa. Todos estos hechos decretaron la corrupción. Y eso lo volqué en un libro hace 4 años. Hablo de casta política. Milei está 20 años atrasado o copia mal. Escribí sobre este fenómeno de destrucción de la justicia”.

 

La impunidad se encarnizó en la política

“En la época de Menem era dame un “diego”, luego era del 15 al 60 por ciento, luego vino Cristina y el retorno en la obra pública no tuvo límites, con Báez y compañía. Macri dijo que era irrevertible, por su incapacidad o su entorno, por la cámara Argentina de la Construcción, o por falta de experiencia de Macri o porque al principio amortiguó el robo, pero después, siguió el camino del robo, de la cartelización. Necesitamos una justicia independiente”.

Además, Kelly advierte que para resolver el problema económico, primero hay que terminar con la corrupción y la impunidad. Segundo, tener un estado eficiente, sin gastos innecesarios de los políticos. Hoy un legislador no puede justificar 40 millones de pesos de presupuesto por año, con sentido común, nos cuesta más de 200 millones de pesos, actualmente existen más de 25 mil asesores cuando no necesitaríamos más de 400. Comparemos con los países de Europa que tienen más de cuarenta años de democracia. La educación debe ser un pilar esencial, que sea una inversión, no un gasto. Cree en modificar el sistema laboral, hacerlo más moderno y que no sea un problema para el empleado ni para el empleador, con seguridad en todos los aspectos. Plantea controlar las fronteras, el narcotráfico, para poder trabajar con tranquilidad. “De otra manera, ningún extranjero va a invertir si antes no lo hacemos los argentinos, porque no tenemos seguridad jurídica en este país. Pero no están dadas las condiciones desde hace muchos años”.

En el equipo de trabajo de Kelly se hizo un informe minucioso en el que se destaca que a marzo de 2022, Argentina debe 376 mil millones de dólares y desde 1983 a esa fecha la clase política Argentina gastó innecesariamente 432 mil millones de la misma moneda, un 15% más de la deuda externa. ¿Se imagina si ese dinero se hubiera volcado a la producción? En sobreprecios de la obra pública se gastaron más de 180 mil millones de dólares. Imaginemos ese dinero volcado al servicio de la gente. “Este es un país que tiene que vender galletitas, fideos, no harina y trigo. En China, visité una fábrica de zapatos que llevaba cueros argentinos, 35 días en barco. Los bajan en el puerto, luego confeccionan los calzados y vuelven a nuestro país, viajando otros 35 días. Nosotros solamente procesamos el 15 % de los cueros del país. Hay que trabajar en la producción, Argentina tendría que ser el fabricante de zapatos de cuero más grande del mundo. ¿Otros ejemplos? Procesamos el 12% de la lana, el 16% del algodón…”.

Kelly cree, al igual que otros, que la gente debe votar a aquel que presente un mínimo de cuarenta propuestas por ministerio, porque la verdad que se desconocen siquiera diez propuestas concretas de Cristina, de Rodríguez Larreta, de Macri y de Milei. No slogan, propuestas.

José Luis Kelly apuesta al país como tantos otros argentinos, pero el sistema corrupto, corroído, ineficiente, alejado de las necesidades de la gente, lo expulsa. Porque piensa distinto. Porque quiere hacer. Porque cree que se puede trabajar honestamente. Porque pelea por sus hijos, por sus nietos, por sus raíces, sus tradiciones, su país. Lo buscaron de partidos nacionales de envergadura, con capacidad para ganar elecciones, pero Kelly sigue sus convicciones y prefiere aferrarse a sus valores. No le fue fácil, no le es, no le será. La crítica al sistema pretende ser constructiva, pero derriba negocios, expone ilegalidades, transacciones, coimas, cohecho y demás. La verdad no le gusta al político de turno. Y entre los que se consideran parte de la política nacional, incluido los grades medios, expulsan al diferente, al justiciero, al que de verdad quiere cambiar el rumbo. Es que claro, se arruinarían los negocios, se desestabilizaría el establishment. Con más personas como Kelly, que las hay, el país podría cambiar. Pero no lo dejan. Sin embargo, este ferviente patriota apuesta a la esperanza y sigue en pie, trabaja, no cesa y apuesta a dejarles un mejor país a sus nietos.