Dos días después del atentado al aeropurto de Kabul, Washington lanzó la primera operación de castigo contra un centro de planificación de operaciones del autodenominado Estado Islámico en Afganistán.
Fue un ataque con drones a la rama local del grupo yihadista asentado en el este del país, autora del atentado que el pasado jueves acabó con la vida de 169 afganos y 13 miltares estadounidenses.
El ataque aceleró las operaciones de evacuación del personal de los paises occidentales, amparados en que Estados Unidos todavía mantiene el control del aeropuerto. Las nuevas autoridades afganas pusieron el martes 31 como fecha límite para el retiro de tropas y ciudadanos extranjeros.
Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca, explicó que "el equipo de seguridad nacional con el que se ha reunido el presidente esta mañana ha asegurado que es probable que se produzca otro ataque terrorista en Kabul."
La Casa Blanca advierte de que atraviesa el periodo de la misión "más peligroso hasta la fecha" y, sobre las amenazas de Joe Biden a los terroristas, aclara que el presidente "dejó claro que no quiere que sigan viviendo en la tierra".
El resto de aliados occidentales ya han dado por concluida su misión en Kabul. El viernes lo hicieron Francia, Reino Unido, Italia y España. En total, España evacuó a 1.898 afganos, colaboradores y sus familias, pero desde el Gobierno aseguran que se trabaja en alternativas para seguir evacuando gente, sin descartar los contactos operativos con los talibanes.