Tras días de expectativa global y negociaciones internas, la Iglesia Católica consagró a su nuevo líder: Robert Prevost fue elegido por el Cónclave como el sucesor de Francisco, lo que marcó el inicio de una nueva etapa para el Vaticano. Rebautizado como León XIV, el flamante Papa asume en un contexto de tensiones sobre el futuro de las reformas impulsadas por su antecesor y el desafío de responder a una fe cada vez más interpelada.
El anuncio llegó tras un Cónclave que se extendió durante 2 días y un total de 5 votaciones, igual que durante la elección de Francisco. Así, la fumata blanca se vio, aproximadamente, a las 13:07 (hora Argentina) y así, la Iglesia Católica anunció al mundo entero la llegada de un nuevo Papa.
El Cónclave inició el pasado miércoles 7 de mayo, cuando los 133 cardenales se encerraron en la Capilla Sixtina. A poco más de 2 semanas de la muerte el argentino, los purpurados comenzaron su misión de elegir al nuevo líder de los católicos.
La Iglesia marcó -desde un inicio- que buscaban tener un Cónclave rápido. "Menor a tres días", habían asegurado desde la Santa Sede, con el objetivo de mostrar una unidad interna de cara a sus fieles de todo el mundo.
Finalmente los 133 cardenales se pusieron de acuerdo rápidamente: Prevost fue elegido durante el segundo día de Cónclave. En detalle, el italiano fue elegido durante la 5ta votación - la 4ta de ayer - y fue presentado al atardecer en Roma, Italia.
El sucesor
Nacido en Chicago en 1955, y criado en una familia católica de raíces obreras, Prevost ingresó a la Orden de San Agustín en su juventud, impulsado por una vocación misionera que se consolidó con sus estudios de filosofía y teología en la Catholic Theological Union y posteriormente en Roma, donde se doctoró en Derecho Canónico.
Fue ordenado sacerdote en 1982, y pronto comenzó una trayectoria que lo llevaría fuera de Estados Unidos, alejándolo del confort del ámbito académico para ponerse al servicio de las periferias.
América Latina
Los inicios ministeriales de Prevost se remontan a Perú, donde trabajó como misionero en la empobrecida diócesis de Chulucanas, en el norte del país. Allí se destacó por una labor pastoral basada en la cercanía, la creación de comunidades y la defensa de los derechos humanos, una experiencia que moldeó su perfil como un religioso comprometido con la realidad social latinoamericana, capaz de combinar el rigor doctrinal con una mirada pastoral sensible a los más vulnerables.
Desde 2023, ocupa el estratégico cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, posición en la que lo puso el argentino - quién también lo ordenó cardenal en 2014 - que lo convierte en el principal asesor del Papa en la designación de obispos a nivel mundial. Este rol, sumado a la confianza explícita de Francisco, le otorgó un lugar privilegiado en la estructura de poder del Vaticano, donde se destaca por su estilo sobrio y su perfil público discreto, pero con una influencia significativa tanto en América como en Roma.
Sin embargo, su trayectoria no está exenta de polémicas. Durante su tiempo en Perú, su gestión fue cuestionada por supuestos encubrimientos en casos de abusos dentro de su diócesis. Aunque no enfrenta cargos formales, las denuncias mediáticas lograron empañar su imagen, especialmente entre quienes exigen mayor transparencia en la Iglesia.
Con su fluido manejo del español, su afinidad con la cultura latinoamericana y su cercanía al pensamiento del Papa Francisco, Robert Prevost llega al trono de San Pedro como un candidato que representa la continuidad de Francisco, aunque sin el carisma expansivo que caracterizó al pontífice argentino. También, sus 69 años lo convierten en un Sumo Pontífice joven que promete tener un tiempo extenso al frente de la Iglesia.
En el Vaticano, algunos lo describen como un "puente" entre dos Iglesias: la institucional y la popular; la del Norte global y la del Sur. En un contexto donde sonaban nombres de África, Asia y América Latina, un norteamericano - con experiencia en tierra latino - apareció finalmente como una aparición inesperada.
El cónclave en curso se celebró en un momento crucial para la Iglesia Católica, marcada por desafíos como la secularización, la polarización interna y la necesidad de dar continuidad al legado reformista de Francisco. En este escenario, Prevost representa una apuesta por el equilibrio: cercano al ideario del papa argentino, pero con el carácter institucional y la sobriedad que muchos cardenales consideran esenciales en tiempos de cambio.
La chimenea del Vaticano emitió la fumata blanco que indicó la finalización del Cónclave y la elección del Pontífice que sucederá a Francisco. Más de 40.000 fieles se reunieron en la mítica plaza para conocer el nombre.