Ecuador declaró el estado de excepción después de que uno de los delincuentes más peligrosos del país desapareciera de su celda y los funcionarios de prisiones fueran dominados y tomados como rehenes en medio de disturbios en cárceles de todo el país.
El lunes se inició una intensa persecución con miles de soldados y policías en busca de Adolfo Macías, alias Fito, líder convicto de la banda de narcotraficantes Los Choneros.
El narcotraficante, de 44 años, fue dado por desaparecido el domingo tras evadirse de la prisión de la ciudad portuaria de Guayaquil, donde cumplía condena, justo antes de ser trasladado a un centro de máxima seguridad de la misma ciudad.
En respuesta, el presidente Daniel Noboa, elegido en octubre, declaró a última hora del lunes el estado de excepción durante 60 días: “Se acabó el tiempo para que los condenados por narcotráfico, asesinato y crimen organizado le digan al gobierno qué hacer”.
Noboa, de 35 años, que fue elegido en noviembre con la promesa de acabar con la delincuencia violenta, dijo que su gobierno había dado instrucciones al ejército y a la policía para que tomaran medidas. “No negociaremos con terroristas y no descansaremos hasta devolver la paz a los ecuatorianos”, dijo Noboa en un mensaje publicado en las redes sociales.
En los últimos años, el país sudamericano vivió una pesadilla de violencia, en la que los sucesivos gobiernos se mostraron incapaces de frenar a las facciones del crimen organizado. La desaparición de Macías, una figura influyente que incluso grabó un video musical de “narcocorridos” entre rejas, hizo que las autoridades se apresuraran a averiguar si se había fugado como hizo hace una década de otra cárcel.
Las autoridades penitenciarias ecuatorianas confirmaron la toma de guardias como rehenes en cinco cárceles del país, sin dar más detalles. Videos no corroborados compartidos en las redes sociales mostraban a guardias de prisiones aparentemente retenidos como rehenes por miembros de bandas enmascaradas y armadas con cuchillos, que leían declaraciones idénticas en las que imploraban al presidente Noboa que “velara por sus vidas y su seguridad”.
“Somos padres de familia, cabezas de hogar, que en muchos casos entendemos sus acciones, pero lo amonestamos por no preocuparse por quienes estamos en el campo de batalla, enfrentando las balas”, decía la declaración en los videos, cuya veracidad no pudo ser verificada de manera independiente.
César Zapata, comandante general de la Policía Nacional, dijo a los medios el domingo por la noche que Macías había desaparecido de su celda y que estaban investigando.
La fiscalía de Ecuador tuiteó el domingo que estaba investigando el caso como una probable “fuga de presos” y añadió el lunes que dos funcionarios habían sido detenidos como sospechosos de ayudar a la fuga de Macías.
Macías cumplía una pena de 34 años desde 2011, condenado por narcotráfico, asesinato y delincuencia organizada. Se encontraba en la prisión Guayas 4, conocida como La Regional, en Guayaquil, la ciudad portuaria en el centro de la despiadada guerra contra las drogas.
Los Choneros es una de las bandas ecuatorianas consideradas por las autoridades responsables de un aumento de la violencia que alcanzó un nuevo nivel el año pasado con el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Los analistas de seguridad afirman que la banda tiene vínculos con el cártel mexicano de Sinaloa.
Antes de su muerte, el político dijo que la facción criminal lo había amenazado, pero hasta ahora las autoridades no acusaron directamente a Macías o a su grupo de estar detrás del asesinato de Villavicencio.
Días después del asesinato de Villavicencio, Macías fue trasladado de La Regional a la prisión de máxima seguridad del mismo gran complejo de centros de detención de Guayaquil, pero fue devuelto a la misma prisión de menor seguridad en menos de un mes sin ninguna explicación.
En tanto, encapuchados armados han irrumpido este martes en el canal de televisión TC, en la ciudad de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador, y han sometido a su personal durante una transmisión en vivo.
En las imágenes en vivo se observaba a varios encapuchados con armas que mantenían en el suelo a trabajadores del canal a quienes exigían que pidan en directo a la Policía que se retire del lugar.