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El féretro de la reina Isabel II, quien falleció el jueves pasado a los 96 años en Escocia, aterrizó en Londres ayer, y se esperan varios días de homenajes masivos antes del funeral de Estado, organizado para el 19 de septiembre.

El avión que trasladó los restos de la monarca británica había partido desde Edinburgo, con la princesa Ana. El traslado se produjo mediante una aeronave C-17 Globemaster, que se usó de modo reciente para colaborar con Ucrania durante la invasión de Rusia.

La aeronave llegó a la base militar de Northolt por la tarde, y el vehículo que llevó el ataúd por las calles de Londres estuvo acompañado por un operativo de custodia, conformado por automóviles y motocicletas policiales.

Así, el féretro ingresó al Palacio de Buckingham pasadas las 20 (hora local), donde pasará la noche. El acceso principal del palacio estuvo colmado de personas, que grabaron con sus teléfonos celulares la llegada del ataúd, siendo un acontecimiento histórico.

 

Catedral de Saint Giles

En las últimas horas, Isabel II fue despedida por cientos de personas en la catedral de Saint Giles, en Edimburgo. Allí se instaló una “capilla ardiente” durante 24 horas.

Para llegar a esa catedral, los restos de la reina partieron desde el palacio Holyroodhouse, cuyo cajón fue seguido a pie por el rey Carlos III y la reina consorte Camila. El resto de la familia real siguió a Isabel II en automóvil. En ese momento, se pudo ver el ataúd cubierto con el estandarte real escocés y una corona de flores blanca.

 

El funeral

El Reino Unido organiza un importante funeral para despedir a la monarca que condujo el trono británico durante 70 años. El histórico evento será el lunes 19 de septiembre, y contará con la presencia de líderes de todo el mundo, como el presidente estadounidense, Joe Biden, el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, y representantes de otras monarquías.

Por el lado de Argentina, el Gobierno de Alberto Fernández confirmó que acudirá el embajador en Londres, Javier Figueroa. En principio, ni el jefe de Estado, ni tampoco el canciller, Santiago Cafiero, estarán presentes.

Así, se espera que unas 750.000 personas quieran despedir a la líder política del Reino Unido más importante de las últimas décadas. En la iglesia conocida como la Abadía de Westminster, se calcula una fila de hasta 8 kilómetros.

Para concluir la jornada, después de la multitudinaria despedida, se producirá el entierro en la Casa Real del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, más conocida como Casa de Windsor.