La causa que investiga la desaparición de María Cash tiene un detenido. Se trata de Héctor Romero, el camionero que fue la última persona que vio con vida a la diseñadora, cuyo paradero se desconoce desde el 8 de julio de 2011, cuando deambulaba por la ruta 34 y la zona del ex peaje de Aunor.
El día de la desaparición, Romero “levantó” en un camión Mercedes Benz blanco con acoplado y la leyenda “Catita” a la joven que hacía dedo a un costado de la Ruta Nacional N°34, en la rotonda del cruce de Torzalito, General Güemes.
El chofer dijo que llevó hasta un sector conocido como la Difunta Correa, en el Paraje Palomitas, y luego siguió camino a Joaquín V. González.
Tras realizar las tareas de campo, Romero (71 años y oriundo de la ciudad de General Güemes) fue detenido en la casa de una hija en el barrio Pereyra Rozas, alrededor de las 15 horas. Al presentarse, los gendarmes advirtieron una actitud vencida en el camionero, quien, en principio, creyó que la presencia de los uniformados solo era para una notificación judicial, dado que en las últimas semanas varios testigos del caso volvieron a ser citados.
Una vez leída la orden de captura, Romero no dijo nada y fue trasladado a la sede de la Delegación Salta de la Policía Federal, en calidad de incomunicado.
El hombre quedó en la mira de los investigadores por las contradicciones que detectaron en sus declaraciones, horarios que no concuerdan y testimonios que lo complican.
Los detectives notaron que el sospechoso no prestó colaboración. Incluso, en su momento, llegaron a él a través del testimonio de otro testigo que vio a María hacer dedo y subir al transporte. Los datos que brindó, permitieron identificar al chofer.
Luego, notaron contradicciones a lo largo de las cinco declaraciones que prestó en la causa sobre el lugar exacto en el que dejó a la diseñadora. Ahora bien, los investigadores constataron que “es casi imposible realizar la maniobra descrita por el camionero en ese lugar”.
“No hay tiempo de frenado para un camión con la carga que llevaba”, establecieron.
Al mismo tiempo, a los investigadores les llamó la atención que en sus testimoniales, el camionero, describió a la desaparecida “desde abajo hacia arriba”. No recordó cómo estaba vestida en su parte superior ni su rostro, “porque estaba despeinada y el pelo suelto le tapaba la cara”. Según el resto de los implicados y las cámaras de seguridad del peaje, María tenía el cabello recogido.
El Cuerpo Especializado de Investigadores de la Provincia, comandados por el fiscal federal Eduardo Villalba, estima que el transportista miente sobre el desenlace que tuvo el episodio y que, las múltiples versiones que se sucedieron una tras otra en la causa aportaron al desconcierto y beneficiaron la coartada del ahora principal sospechoso. “Cada testimonio alejó del foco a quien podría ser el responsable de la desaparición, tal como ocurrió con Loan Peña”, indicaron.
“Hubo quienes declararon haberla visto por la recompensa, otros porque realmente lo creyeron así, pero se registraron más de 4000 alertas de personas que dijeron haberla visto”. Incluso, puntualizaron que el abogado Carlos Cuéllar y su hijo Hugo, aseguraron haber visto a Cash en la Difunta Correa a las 17 del día de la desaparición. “Es falso que la vieron como declararon porque sus líneas telefónicas impactaban a esa hora en otro lugar”, indicaron. Los fiscales también ponen lupa sobre el testimonio de Miguel Segura, empleador de Romero. Sospechan que lo benefició con su declaración.