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En un contexto económico marcado por la caída del consumo y una presión tributaria persistente, el gobierno presentó un conjunto de medidas fiscales destinadas a aliviar la carga sobre sectores vinculados al turismo, como la hotelería, la gastronomía y las agencias de viaje.

El anuncio se realizó en el marco del Programa de Simplificación Tributaria y Reducción de la Carga Fiscal, impulsado por el Ejecutivo provincial.

Entre las acciones principales se encuentra una reducción del 20% en la alícuota del impuesto sobre los Ingresos Brutos para actividades comerciales, hoteleras y gastronómicas, sectores que históricamente han reclamado por los altos niveles impositivos. Además, se restableció la exención para agencias de viajes, beneficio que había sido eliminado tras modificaciones en el Registro Nacional de Agencias.

La ministra de Turismo y Deportes, Manuela Arancibia, consideró que la iniciativa representa "un respaldo concreto" para una industria que, según dijo, "es estratégica para la provincia". El sector privado también reaccionó positivamente. Facundo Assaf, presidente de la Cámara de Turismo, calificó el anuncio como "una respuesta a un pedido histórico", mientras que su par de la Cámara Hotelera y Gastronómica, Juan Chibán, lo interpretó como un paso hacia "la mejora de la competitividad".

Sin embargo, si bien las medidas fueron bien recibidas, no está claro aún si su impacto será suficiente para revertir los efectos de una recesión que golpea al consumo interno y la actividad turística, especialmente fuera de temporada. La eliminación de 29 tasas provinciales y la simplificación de trámites para monotributistas —que representaría unas 800.000 declaraciones juradas menos por año, según datos oficiales— apunta también a descomprimir la carga administrativa.