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Por César “Oveja” Álvarez

Las veredas de la Ciudad de Salta, son una parte importante de su paisaje urbano y en ella se ve reflejado su rica historia, diversidad cultural y sobre todo, su arquitectura colonial. Ellas invitan a disfrutar de los cafés y de tiendas locales.

Además, algunas veredas pueden ser más estrechas o estar en diferentes condiciones, especialmente en áreas menos céntricas. En general, caminar por Salta permite disfrutar de su rica cultura, sus colores y su atmósfera única, sus aromas y fragancias primaverales.

Pero no todo es tan ideal cuando caminas por estas “callecitas”. Actualmente se encuentra vigente la Ordenanza Ad. Referéndum n° 16.202 (creo que aún se encuentra sin reglamentar) que declara el Estado de Emergencia de las Calles de la Ciudad de Salta en toda la jurisdicción del Municipio, por el término de un año, la cual surge a partir de un relevamiento del estado de las arterias, en el que se advierte que las mismas se encuentran en mal estado de conservación y mantenimiento. Dicha Ordenanza busca resguardar la seguridad en materia de tránsito, mediante la implementación y ejecución, en el menor tiempo posible, de un plan de arreglo y mejoramiento de arterias de la ciudad; agilizar los mecanismos de contratación a tales efectos, así como también abreviar los plazos que los mismos insumen; consolidar la afectación de fondos específicos que solo puedan ser utilizados a tal fin; coordinar con organismos provinciales y/o nacionales competentes la obtención de financiamiento, asistencia técnica y cooperación interjurisdiccional para la realización de obras; y mantener, reparar, señalizar e iluminar las arterias y veredas.

Pero además del mal estado de las calles, cuestión fundamental, advertimos que no solo se trata de una cuestión de obras sino, como decíamos en la columna anterior, hay cuestiones diarias, como la cantidad de espacio público que es utilizado arbitrariamente por los privados, la poda de árboles sin autorización, los terrenos baldíos, las veredas utilizadas como estacionamientos privados de Restaurantes, Gimnasios, etc., cuestiones que por lo habituales se nos hacen costumbre, pero no por eso significa que son legales, y que no perjudiquen al ciudadano de a pie. Por ello y, con el fin de modificar esto y lo que no se ve, es una nueva inteligencia en la estrategia de resolver los problemas de fondo, interpelar sobre los siguientes puntos:

  • ¿Para el Estado Municipal y sus dependientes, prevalece la “pena”, (multas) sobre la “prevención? ¿No debería ser al revés?

  • La autoridad municipal, con mucho desdén no decide con firmeza las medidas tendientes a evitar la usurpación cotidiana de todos los terrenos fiscales, sean municipales, provinciales, nacionales. Aclaramos que este no es un tema de esta gestión, sino algo que viene desde siempre.

  • Los arreglos de las calzadas deben de tener prioridades a saber:

i. Un estudio de geología urbana.

ii. Lugar de la calzada y uso de la misma (transporte pesado, transporte público, transito vecinal).

iii. Archivo de informes de las empresas encargadas del arreglo y construcción de avenidas y su auditoría o inspección con legajo a merituar.

iv. Trabajo en red con los municipios de áreas metropolitanas para impulsar una política vial conjunta y una ordenanza operativa permanente con presupuesto y dirección centralizada (a cargo de un profesional elegido mediante sistema de oposición y antecedentes).

v. Inalterabilidad del carácter público de las calles y veredas. Si bien puede haber una concesión de parte de este espacio público, con razones fundamentadas, las mismas deben ser excepcionales y temporales.

vi. El municipio debe advertir que la ley que regula la creación de loteos tiene suficiente tiempo y debe ser mejorada y actualizada ya que los problemas de convivencia urbana a posteriori del otorgamiento de permisos de loteos u ocupaciones son uno de los problemas más graves en la imprescindible convivencia que deben tener estos barrios relacionadas con esta nueva estructura.

vii. Está en planteo una nueva revisión de los viejos márgenes o mojones de lo que es la “Salta rural” y la “Salta urbana” que tenga en cuenta el comportamiento demográfico que tiene la zona urbana y su constante crecimiento.