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A pesar de los desafíos que presenta el mal estado de la Ruta 34, los biciperegrinos de Rosario de la Frontera, que son movilizados por la fe, protagonizaran uno de los momentos más destacados en el inicio del Triduo del Milagro.

La participación de adultos mayores y niños añade un valor especial a esta travesía, demostrando que la devoción y el compromiso con los Santos Patronos no tienen edad.

El Milagro 2024 en Salta se prepara para recibir a los biciperegrinos de Rosario de la Frontera, quienes llegarán este jueves después de una travesía llena de fe y desafíos. Este año, el grupo está compuesto por 160 ciclistas, destacando la participación de adultos mayores y niños, lo que añade un toque especial a esta peregrinación.

La organización de los biciperegrinos está a cargo de Elizabet Moreno Paz, quien ha trabajado arduamente para coordinar todos los detalles de esta travesía. Según Moreno Paz, el grupo saldrá este jueves a las 5 de la mañana y espera llegar a exAunor alrededor de las 7 de la tarde, donde establecerán su primer campamento. El viernes 13, los ciclistas ingresarán a la Catedral de Salta junto a otras peregrinaciones, aproximadamente al mediodía.

Uno de los mayores desafíos que enfrentan los biciperegrinos este año es el mal estado de la Ruta 34. Esta carretera, que deben recorrer durante 40 kilómetros, se encuentra en condiciones deplorables, lo que representa un riesgo significativo para los peregrinos. “La ruta está en pésimas condiciones, salimos de noche y las bicicletas tienen que estar equipadas con luces y balizas para garantizar la seguridad”, explicó Moreno Paz. A pesar de estos desafíos, la organizadora destacó la preparación del grupo, que ha aprendido a manejar las dificultades tras años de peregrinación.

La seguridad es una prioridad para los organizadores. La policía acompañará a los ciclistas hasta exAunor, y todos llevarán chalecos naranjas para ser fácilmente identificables. Además, cuentan con un amplio apoyo logístico para evitar incidentes mayores durante el trayecto. Esta organización ha permitido que, a pesar de las dificultades, la peregrinación se realice sin mayores contratiempos en años anteriores.

La participación de adultos mayores y niños es una de las características más destacadas de este año. “El año pasado éramos 140, y este año somos 160. Vemos que se suman más personas, y eso es algo muy positivo”, resaltó Moreno Paz. La inclusión de estos grupos etarios añade un valor especial a la peregrinación, ya que demuestra la devoción y el compromiso de toda la comunidad, sin importar la edad.

A pesar de los problemas en la ruta, la motivación por llegar a la Catedral y renovar el pacto de fe con los Patronos de Salta sigue siendo fuerte. Los biciperegrinos de Rosario de la Frontera han demostrado una y otra vez su dedicación y fe, enfrentando cualquier obstáculo que se les presente en el camino. La travesía no solo es un acto de devoción, sino también una oportunidad para fortalecer lazos comunitarios y espirituales.

El Milagro de Salta es una de las festividades religiosas más importantes de la región, y la llegada de los biciperegrinos es un evento muy esperado. La comunidad se une para apoyar a los ciclistas, ofreciendo alimentos, agua y palabras de aliento a lo largo del camino. Este espíritu de solidaridad y apoyo mutuo es una de las características más hermosas de esta peregrinación.

La preparación para la travesía comienza meses antes, con entrenamientos y reuniones para coordinar todos los detalles. Los ciclistas se preparan físicamente para enfrentar los desafíos del camino, y también se organizan en grupos para garantizar que todos estén seguros y acompañados durante el trayecto. La logística incluye vehículos de apoyo que llevan suministros y están listos para asistir en caso de cualquier emergencia.

 

El recorrido de los biciperegrinos es una muestra de fe y resistencia. A lo largo de los años, han aprendido a enfrentar las dificultades con determinación y esperanza. La travesía no solo es un desafío físico, sino también una prueba de fe y compromiso espiritual. Cada pedalada es un acto de devoción, y cada kilómetro recorrido es una muestra de la fortaleza y la fe de los peregrinos.

 

La Puna se traslada a la capital

El Milagro se anticipa como un evento histórico, especialmente por la afluencia de peregrinos provenientes de la Puna. Este año, se espera un récord absoluto de participación, con cifras que superan ampliamente las de años anteriores. La localidad de San Antonio de los Cobres, punto de partida de muchos de estos peregrinos, ya se encuentra desbordada por la cantidad de fieles que se preparan para la travesía.

José Luis Vale, autor de los “Especiales de Peregrinos”, ha expresado su asombro ante la magnitud de este movimiento. En una reciente entrevista, Vale comentó: “No hay un solo lugar donde estacionar en San Antonio de los Cobres. Es impresionante la cantidad de gente que se está movilizando”. Este fenómeno no solo refleja la devoción de los peregrinos, sino también la importancia cultural y espiritual del Milagro en la región.

Los peregrinos de la Puna enfrentan un recorrido desafiante, lleno de montañas y piedras, con temperaturas que pueden descender por debajo de cero. A pesar de estas condiciones extremas, los fieles caminan hasta 16 horas por día, demostrando un profundo sacrificio y compromiso. Algunos incluso avanzan arrodillados en ciertos tramos del camino, lo que añade un nivel adicional de dificultad y devoción.

La logística para acompañar a estos peregrinos no es tarea fácil. Vale destacó que seguir a los peregrinos y capturar esos momentos es un desafío constante para un camarógrafo. “Es muy difícil para un camarógrafo seguirlos. Los peregrinos caminan 16 horas por día, y capturar esos momentos es un desafío constante”, explicó.