El vicegobernador Antonio Marocco participó del homenaje al exgobernador Miguel Ragone al cumplirse 48 años de su desaparición forzada. La ceremonia se realizó en el monolito emplazado en memoria del exmandatario en barrio San Isidro de Cerrillos, el lugar donde el 11 de marzo de 1976 fue encontrado su auto.
La conmemoración en memoria del exgobernador Miguel Ragone al cumplirse 48 años de su desaparición forzada fue organizada por la Municipalidad de Cerrillos y declarada de interés provincial por la Cámara de Senadores. Contó además con la presencia del intendente Enrique Borelli, el exgobernador Juan Manuel Urtubey, legisladores nacionales y provinciales, y organismos de derechos humanos.Al inicio del acto se entonaron las estrofas del Himno Nacional y de la Marcha de Malvinas; luego, las autoridades depositaron ofrendas florales a los pies del monolito en nombre del Municipio y pueblo de Cerrillos, de la Cámara de Senadores, la Cámara de Diputados y el Concejo Deliberante local y se colocó una placa conmemorativa.
Tras el minuto de silencio, tuvieron lugar los discursos a cargo de Fernando Pequeño Ragone, nieto del homenajeado; la periodista Elena Corvalán y las dirigentes de Derechos Humanos Mary Robles y Blanca "Nenina" Lescano. Todos coincidieron en destacar al exgobernador como un hombre guiado por la idea de justicia social que quería una provincia con mayor equidad y sin exclusiones. "Ragone aún sigue siendo un detenido desaparecido. El pueblo de Salta no se tiene que olvidar de eso y el país tampoco", expresó Lescano. En ese sentido, pidió a los legisladores presentes aprobar una Ley de la Memoria para que los jóvenes conozcan los hechos de nuestra historia y se pongan en valor los derechos humanos.Finalmente se expresó el intendente Borelli, quien valoró la convocatoria del acto homenaje y la confluencia de distintos sectores políticos. Destacó a Ragone como un político guiado por los valores de responsabilidad, sencillez y austeridad. "Esos valores que hoy se ven vapuleados y atacados desde la política son los que tenemos que revalorizar: este tiene que ser el puntapié inicial de ese consenso del que habla el gobernador Gustavo Sáenz y que la gente está demandando".
Ragone desde otra óptica
El testimonio de la historiadora Alejandra Soler alumbra a una nueva perspectiva sobre la figura de Miguel Ragone, ex Gobernador de Salta. Según Soler, Ragone fue utilizado como un instrumento para contener el crecimiento del movimiento revolucionario en Salta a partir de 1969.
Aunque no lo concibe como malintencionado, lo caracteriza como un peronista de tendencia "cristiana", enfocado en la armonía entre clases y la conciliación, más que en promover cambios radicales.Para Soler, Ragone evolucionó hacia posturas más conservadoras hacia finales de 1973, respaldando las órdenes reservadas de Perón y permitiendo represiones brutales, lo que evidenció un alejamiento de las bases populares. Además, destacó la falta de medidas económicas a favor de la clase obrera durante su gestión, lo que sugiere una continuidad con las políticas de otros partidos enemigos del proletariado salteño, a su entender.
Gauffin
En comunicación con Punto Uno, Andres Gauffin comentó: "En su página 9 de la edición del 11 de marzo de 1976 ,El Tribuno publicó el último aviso pago del «doctor Miguel Ragone» para los comicios del domingo siguiente, con un llamado al «respeto entre los peronistas» y pidiendo el voto para la lista Verde. Pero mientras los canillitas todavía ofrecían el matutino en el centro, en el pasaje del Milagro una banda de efectivos encerró su Peugeot amarillo, e hizo desaparecer para siempre al candidato. En el pavimento quedó uno de los mocasines del terco Miguel, como vestigio de su resistencia a los secuestradores y su obstinación por volver a disputar el poder político. Y una cuadra más allá, quedó tendido en su charco de sangre el almacenero, pagando el delito de haber reconocido a los integrantes policiales de la banda secuestradora.
La operación mediática y política para desligar el secuestro de Ragone de las internas justicialistas del 14 de mayo, se inició al día siguiente con la crónica que publicó El Tribuno dirigido por Juan Carlos Romero, que pese a que todos los días informaba pormenores y avisos de la interna peronista, no mencionó ni una vez que el secuestrado estaba a días de disputar la presidencia del PJ en un texto que, sin embargo, encomiaba el accionar policial y daba detalles sorprendentes de los autos que habían participado del operativo. Pero el mismo texto inició también la operación de idealización de Ragone, la otra cara de la moneda del borramiento de su vocación por el poder real. Abandonado el tono agresivo que había utilizado en la crónica del 10 de mayo, el texto comienza aludiendo al «doctor Miguel Ragone, que hace exactamente tres años fue consagrado gobernador de la provincia de Salta…» Eran también, claro, las vísperas aciagas del 24 de marzo de 1976, que inauguró un período de terror en el que lo que menos se podía esperar era investigación de los crímenes políticos que se habían cometido hasta entonces, y que se iban a cometer desde ese momento.
Siete años después, en enero de 1982, cuando ya la dictadura había cometido sus treinta mil crímenes y no podía mantener mantenerse en el poder, el empresario Roberto Romero tocó las puertas de la sede del PJ Salta y pidió completar una ficha de afiliación, ante el asombro de unos consejeros que todavía recordaban que el mismo empresario se había quedado con el órgano oficial de prensa del PJ, veinte años antes y había sido un férreo opositor al gobernador Ragone a través de El Tribuno.
Cómo Roberto Romero logró, con esos antecedentes , no sólo ser aceptado en el PJ, sino también convertirse en el candidato a gobernador de ese partido para las elecciones de noviembre de 1983, es un misterio que sólo podrían develar algunos viejos peronistas aún vivos, que por ahora, han preferido convivir con todos sus fantasmas, a tener el coraje de decir públicamente sus verdades.Cuando en diciembre de 1983 el empresario Roberto Romero asumía como gobernador, pocos se acordaron de aquel Ragone empeñado en volver a serlo, de quien sólo habían quedado como rastros, siete años antes, su mocasín en el pavimento del pasaje y unas manchas de sangre en su Peugeot aparecido en Cerrillos.
Muchos años después y cuando la derogación de las leyes de punto final y de obediencia debida por parte del gobierno de Néstor Kirchner reabría las investigaciones sobre los crímenes de lesa humanidad, el ya gobernador Juan Carlos Romero hizo publicar un libro titulado «Ragone, el mártir de la democracia», en la que, como en la crónica del 12 de marzo de 1976, alaba sus condiciones morales, pero nada informa sobre el proyecto político que llevaba adelante Ragone cuando fue secuestrado y que tenía como objetivo final volver a ser gobernador.Y es que ese Ragone adornado con todas las virtudes morales, honesto, médico del pueblo y mártir, es el velo que cada 11 de marzo se tiende sobre su figura, y que oculta su condición de político con vocación de poder. Poder democrático, pero poder al fin".