09 29 aguiarNatalia Aguiar

A Javier Milei, y negocios mediante, se le abrió quizás la última posibilidad de reflotar la economía argentina, con ayuda de un préstamo de Estados Unidos. Debe valorar esta oportunidad que le brindan porque no tiene margen de acción. Se juega el futuro de su Gobierno, su gestión y la credibilidad de su persona. Todo en juego con miras a las nacionales de octubre.

La semana pasada fue fulminante para la economía argentina, y la reapertura de los mercados presentaba una situación incierta. Se encendieron todas las alarmas cuando el jueves 18 el Banco Central se vio obligado a vender US$379 millones para estabilizar el techo de la banda cambiaria. El día posterior fue peor: US$678 millones.

En ese momento el ministro de Economía, Luis Caputo, llamó telefónicamente a la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, para recordarles la promesa de Scott Bessent en abril pasado, cuando sugirió que en un caso extremo podría haber una ayuda directa. Un salvavidas. Jueves y viernes fueron dos días intensos de conversaciones, sin soluciones. No había respuestas. Hablaban con Michael Kaplan, el secretario adjunto del Tesoro, quien no comulga con Caputo desde su desempeño con Mauricio Macri.

La situación era desesperante y límite, razón por la cual, Javier Milei desde Córdoba plantea a viva voz que estaban en tratativas certeras para obtener un préstamo de Estados Unidos. Pero hasta ese mismo discurso, no existían certezas. Estaba todo en las nubes. Fue allí que intervino de manera extraoficial, Barry Bennett, un asesor especial de Donald Trump, quien casualmente había estado en la Argentina en los días previos y se había reunido con Milei.

Bennet tiene buen vínculo con Santiago Caputo, a través del cuestionado empresario Leonardo Scatturice, quien junto a su amigo Rob Citrone, fundaron el fondo Discovery Capital. Se tata de lobistas y empresarios, que se entrelazan entre negocios, la inteligencia artificial y las ideologías políticas, y que son muy cercanos a Trump. Es el universo Mar-a-Lago. Fue entonces que Santiago Caputo activó conversaciones con Bennett, a través de Scatturice y se pudo empezar a trazar una línea de salvataje de urgencia.

 

¿Cómo fueron las conexiones?

Bennett y Citrone lograron contactar a Bessent para que interviniera de manera directa. Hablaron también con Marco Rubio, Secretario de Estado norteamericano, para que bendijera la operatoria. Es decir, se activaron líneas políticas, porque las económicas no daban respuestas.

Por otro lado, fue el sábado el día en que el canciller Gerardo Werthein coronó sus gestiones diplomáticas para anunciar la reunión bilateral de Milei con Trump. Hasta entonces, se esperaba un encuentro fotográfico y simbólico, pero del préstamo que necesitaba Argentina, no había noticias.

Entonces, ese mismo sábado, Luis Caputo, trazó un plan B para ver cómo conseguir dólares que evitaran un lunes trágico y puso la mira en los exportadores de cereales, con varias opciones en la mesa. El sábado fue catastrófico entre sentimientos de angustia, incetidumbre y el malestar de Estados Unidos porque se había filtrado que habría un paquete de ayuda por US$30.000 millones, cuando no había nada certero. Argentina anunciaba algo que no existía y presionaba a Washington. Quedaban sólo 24 horas para generar respuestas y evitar el caos finnciero y econoómico. Ese sábado, el gobierno de Milei conoció elsignificado de "Naufragio en el abismo".

Pero el domingo por la noche, se percibió un guiño. El Tesoro norteamericano le hizo llegar un mensaje al Ministerio de Economía, por vías informales, en el que aseguraba que había habido tratativas en la Secretaría de Estado y que le habían acercado el caso argentino a Trump. Pidieron paciencia y que no tomaran medidas hasta el día lunes. Era un pedido de confianza extrema. Una comulgación al tesoro norteamericano. Milei ya había postergado un día su viaje a New York.

Pese a esa respuesta, Caputo continuó con el plan B porque no estaba tranquilo y avanzó para juntar dólares. Propuso a los los exportadores de granos que compraran bonos en el extranjero, con el fundamento de que debía darle señales certeras a Bessent, demostrarle que el Gobierno estaba comprometido con la sumatoria de reservas, tras incumplir con la meta del FMI. Pese al empeño de Caputo, los exportadores se negaron y le contraofertaron una baja temporal de las retenciones a cero. Caputo se molestó, pero luego entendió que era el único camino que le quedaba. Analizaron entonces que debían juntar unos US$7.000 millones en liquidaciones. Al día siguiente, lunesa las 9 de la mañana, se juntaron a hablar en Economía. Sin embargo, esa misma mañana temprano, el vocero Manuel Adorni anunció el mecanismo de retenciones cero, mucho antes de que se realizara el encuentro con los exportadores.

Resultaba de suma urgencia anticiparse a los mercados. Los productores agropecuarios no habían sido consultados. El gobierno se lanzó solo. Una hora después, Bessent se convirtió en el héroe de la Argentina al anunciar el paquete más grande de ayuda directa que haya dado su país. Habló de los US$20.000 millones del swap y de la posibilidad de comprar bonos, manera en que la reformuló el pedido original del Gobierno, que era por US$30.000 millones. Milei y Caputo recién allí entendieron las coordenadas del mensaje que habían recibido la noche anterior.

 

Nada es gratis

Trump quiso ayudar a la Argentina, porque el país es su único aliado de peso en la región y porque busca licuar la influencia china en América latina. Desde el fin de la guerra fría, EE.UU. no había dado señales para avalar a América Latina. El último intento fue el de e George W. Bush con su proyecto de ALCA, pero fue un fracaso. Ahora la región le interesa a Estados Unidos por cuestiones de delitos transnacionales, narcotráfico, migraciones, lavado de activos, trata de personas, negocios con recursos naturales y minerales, pero sobre todo porque el vacío que dejó lo llenó China con sus inversiones. China avanza y Estados Unidos necesita aliados. Milei ahora es uno.

Hay otros analistas, como Javier Timerman, que sostienen que “el anuncio del Tesoro también se debe entender a partir del enorme rechazo que genera en Washington y en los mercados la posibilidad de un resurgimiento del kirchnerismo”.

 

Sortearon el abismo

Quizás las gracias se las deba dar Milei a Trump y a China. Pero llegó la paz. El viernes pasado al cerrar los mercados, la situación era otra. La Casa Rosada volvió a respirar con clama. Con este histórico aval de EE.UU. el Gobierno ganó tiempo y retrasó cualquier traspiés económico o financiero que lo posiciona de mejor manera ante las elecciones de octubre.

En el plano electoral y político este salvataje norteamericano dió un impulso para frenar el retroceso de los últimos dos meses y recuperar el discurso futurista y de déficit cero. Una forma de volver al ruedo, aunque el aval social a Milei cambió. Perdió credibilidad y la gente no llega a fin de mes. La visión de la ciudadanía hacia Milei es mucho más crítica. No se le perdona nada. Milei perdió su mística. Quizás con este respaldo económico pueda recuperar confianza, o perderlo todo. Una gran chance.