Por Natalia Aguiar
Milei y su gente están dispuesto a todo o nada en lo que ya se puede considerar el inicio de la campaña 2025. El objetivo de La Libertad Avanza será nacionalizar el proceso electoral y trabajar a destajo en contra del PRO.
Van por su independencia y autonomía partidaria. Además, usarán los slogans de Javier Milei en la ciudad de Buenos Aires, donde el fin de semana cerraron listas con Manuel Adorni a la cabeza.
Entre los discursos que se utilizarían estaràn “pasar la motosierra a la ciudad”, “casta política porteña”, “bajar los impuestos”, “finalizar con los privilegios de la casta política porteña”.
Claro que se concentrarán en el “ataque” al PRO, léase Mauricio Macri, pero dejarían de lado problemas como el tráfico, la seguridad, la basura, el transporte, educación y salud. Se centrarían en lo discursivo y contra Macri.
Desde el costado de Milei advierten que harán hincapié en los gigantescos gastos de la ciudad de Buenos Aires y la supuesta ineptitud de Jorge Macri para administrar, y advertirán que sólo aumentó los impuestos para llevar adelante su gestión.
Javier Milei se meterá de lleno en la campaña de la ciudad de Buenos Aires, lo cual la transformará en nacional, de hecho, el sábado pasado atacó a Jorge Macri por desdoblar los comicios y lo señaló por atacar a la Libertad Avanza. Respecto Mauricio Macri dijo: “Yo sigo teniendo el mayor de los respetos y la admiración por el presidente Macri. Y además tengo un gran afecto por él. Para mí, el presidente Macri siempre va a ser parte de la solución”. Sin embargo, el diálogo entre ambas fuerzas está cerrado, sobre todo por parte de Karina Milei, que evitó cualquier tipo de injerencia, nombramiento y candidatura. La puerta se cerró…
El mismo sábado pasado por la tarde, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, jefa de campaña porteña del PRO, apuntaron contra Karina Milei. Vidal apuntó: “En la ciudad hubo una decisión de Karina Milei, la armadora del partido, de no avanzar juntos e ir por separado. Cualquier división como la que ha planteado LLA no hace más que ser funcional al kirchnerismo”. Milei no la dejó pasar: “La siguen subestimando”… No le toquen al “Jefe”.
Momentos de tensión extrema
Estos últimos días, el Gobierno atraviesa ansiedades al límite porque ante los mercados la situación económica se presenta como incierta y a la espera de que se cierre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Los días de otoño se le están haciendo eternos al Gobierno. Cada ronda de los mercados exhibe mayor incertidumbre, y la espera de la oficialización del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se hace eterna. De hecho, el miércoles pasado, tras nueve días de pérdida de reservas, finalizó con un llamado de Luis Caputo a Kristalina Georgieva para pedirle que lo autorice a difundir la cifra del acuerdo, con el objetivo de moderar la incertidumbre.
El jueves, en una especie de operativo “tranquilidad”, el ministro de Economía explicó que la Argentina recibiría U$S20.000 millones, sin detalles. Luego fue Julie Kozack, la vocera del Fondo, pero no detalló cifras. La cuestión llevó a que el presidente Javier Milei saliera por radio para volver a descartar una devaluación y minimizar las turbulencias al decir que era “irrelevante la cuestión cambiaria”. Fueron expresiones y acciones para llevar tranquilidad a los mercados, pero no fueron efectivas, porque percibieron confusión e imprecisión.
En la última reunión de Gabinete, Caputo explicó que el acuerdo ya está cerrado pero que debe esperarse a una nueva reunión para conocer los detalles. El ministro de Economía y Javier Milei detallaron que el programa implica impulsar un esquema de flotación cambiaria administrada, con un cronograma que luego, en un plazo fijado, concluya la intervención del Banco Central. “Todo esquematizado, sin improvisaciones”, advierten cercanos al Ejecutivo.
Además adelantan que el Gobierno pretende un levantamiento gradual de las restricciones cambiarias, incluso antes de las elecciones. Se pretende una salida rápida del cepo, aunque en los mercados miran con recelo. No consideran que se proyecte un salto abrupto porque estiman en Casa Rosada lograr tener unos U$S50.000 millones para una base monetaria de U$S26.000 millones, que se va mantendría constante. Algunos especialistas cuestionan esas cuentas y opinan que hay que tomar la base monetaria ampliada, que supera ampliamente esa cifra. Ricardo Arriazu, respetado entre los libertarios, dijo que “no alcanza para salir del cepo” el monto prometido con el Fondo porque serían necesarios U$S35.000 millones, y expuso sus dudas sobre el éxito de una flotación si la gente sigue considerando al dólar como unidad de cuenta. “Este programa se basa en que la gente quiera pesos y que no se emita. Y eso no está pasando ahora”, dijo.
En Balcarse 50 asumen que los U$S20.000 millones del acuerdo serán “de libre disponibilidad”. Eje de cuestionamientos y dudas sobre cuña será el destino de esos fondos en plena campaña. Para los conocedores de las normas del FMI, la cifra máxima que podría aceptar serían U$S6.000 millones, más U$S14.000 millones para pagar vencimientos, con lo cual se dificultaría la salida rápida del cepo.
Todo esto mantiene de punta los nervios de los funcionarios del Gobierno y de Javier Milei.
Es por esa razón que Santiago Bausili, José Luis Daza, y Luis Caputo, en el último encuentro en Washington intentaron intermediar con Scott Bessent, secretario del Tesoro, de ampliar el monto de fondos frescos hasta U$S20.000 millones, más los U$S14.000 millones para vencimientos, una decisión que requiere la bendición de Donald Trump. Desde Economía sostienen que “la mayor cantidad se entregará al comienzo del acuerdo”. Los mercados miran con recelo y huelen a incertidumbre.
Javier Milei se enfrenta a lo más decisivo de su gestión, no sólo a la espera de los resultados electorales, sino que deberá dar respuestas certeras a su plan económico. Espera la gente, los ciudadanos comunes y sobre todo, los actores del mercado. Se trata de un momento icónico para Milei. Su plan económico se basó hasta ahora en un fuerte ajuste fiscal, recortes extremos, y austeridad monetaria pero ya no es suficiente. Se debe ir hacia la liberación cambiaria. Lograr una moneda fuerte y autónoma.
La gente ya no lo apoya a Milei como antes, sobre todo la clase media, que vió afectada su calidad de vida, su capacidad de consumo y ahorro. Un punto de análisis es la cantidad de personas que dejaron las prepagas para pasar a la atención en la salud pública, los cambios de colegios privados a públicos, la baja en el consumo de alimentos, vestimenta y viajes.
Milei ante un punto de inflexión en su gestión
Está en pugna la propuesta de Milei: salir del cepo cambiario sin devaluar el peso, evitar que una corrida cambiaria atente contra todos los dólares y, finalmente, si se puede encontrar un punto de encuentro y equilibrio que finalmente estabilice la economía argentina.
Si bien en el Gobierno hubieran preferido que todo este contexto se diera después de las elecciones de octubre de este año, las decisiones de Donald Trump de tipo arancelario aceleraron los motores y precipitaron la necesidad de dar respuestas a los mercados ante la incertidumbre. Además, el “crawling peg”, sistema que utiliza el Banco Central para controlar el dólar, es decir evitar subas abruptas y sustentarse en subas progresivas y controladas, estaba en crisis.
Algunos aseguran que Caputo había propuesto no bajarlo a 1% a principios de 2025 cuando varias monedas del mundo se devaluaron, pero que al final se priorizó la necesidad de anclar expectativas inflacionarias, por las elecciones de octubre. Se busca evitar una devaluación más fuerte, como sucedió el 14 de agosto, cuando el dólar se disparó 20% en un día y, en consecuencia, hubo un salto en los precios.
El Gobierno enfrenta ahora un punto clave, sus decisiones no tendrán vuelta atrás. Debe lograr la mejor negociación posible con el FMI. Si atraviesa este obstáculo con éxito tendrá garantizado el resultado de las elecciones y podrá implementar las reformas estructurales que pretende. Si no, habrá un abismo entre sus propuestas y los logros. La gente no lo perdonará. Milei se juega al todo o nada.