Por César Álvarez
Muchos de los que hacemos política, pensamos que la política es la herramienta más importante para igualar, profundizar y para recuperar lo más imprescindible que tiene la democracia, que son sus valores, la libertad y la igualdad.
Entonces recordaba, y de ahí la nostalgia, el trayecto de la política en los años 82 y 83 cuando arranca este periodo nuevo de la democracia en la Argentina.
La participación era muy importante, el auxilio de la gente, su entusiasmo que se manifestaba fundamentalmente en lo que habitualmente se llama “la rosca” y habían varios lugares donde se reunían los futuros dirigentes, funcionarios, legisladores en torno a la “mesa del diálogo” de la discusión y de la “rosca política”.
Recuerdo que había un restaurante, más que un restaurante una confitería muy grande, frente a la plaza 9 de Julio que se llamaba “El paraíso”, al lado del cine Victoria Había otro clásico en diagonal a la Legislatura, que aún existe, que se llama el “Bar de los tribunales” y así varios otros que albergaban a todos estos futuros en una contienda dialéctica muy importante y qué decir de la participación humana.
Recordemos además que en esa época lo único que había eran los teléfonos de los locales, el Bar de los Tribunales tenía uno, que ayudaba justamente a gestionar los acuerdos y muchas veces los desacuerdos que se propiciaban en momentos antes de las elecciones. Y bueno… llegan las elecciones y gana Romero. Comienza hasta ahora la historia conocida.
Esta humana e interesante forma de coincidir y de discrepar ha quedado muy atrás y ha sido reemplazada por actos relacionados con los productos que dan la informática, internet y todos los otros componentes. Hoy nos comunicamos por WhatsApp y otras herramientas de estas características, se ha perdido el contacto humano, la mirada profunda a cada uno, la posibilidad del momento, de actualizarlo, de poder negar distintos caminos que tiene la política que hoy esta vacía de esta humana forma de expresión.
Lo mas importante de esto, es decirles que pareciera ser que este es un camino sin retorno donde las expresiones seguirán siendo de esta misma forma, hoy mucho menos personales. Habrá que valorarlas, y adaptarse.
Que gane el mejor, que gane Salta en los próximos comicios.