Por Natalia Aguiar
¡Vamos Venezuela! El pueblo venezolano ha dicho basta ante tantas vulneraciones a los derechos humanos durante décadas por parte del chavismo. Cada ciudadano del mundo cuenta con un amigo o conocido venezolano que debió dejar su tierra, su país, sus familias, para poder ayudar a su gente y poder soñar con un futuro mejor.
Ver sus lágrimas al hablar de lo que sucede en Venezuela, conmueve hasta los huesos, se convirtieron en ciudadanos sin un Estado, un país que los contenga y vele por su futuro.
El domingo pasado, aunque el pueblo se puso de pie ante la dictadura de Nicolás Maduro, la Justicia electoral determinó -fraude mediante- que ganó el dictador con el 51,2 % de los votos. La oposición liderada por Edmundo González Urrutia y Corina Machado, denuncia fraude. Mientras, Argentina, Paraguay, Costa Rica, Uruguay, Ecuador, Chile, Perú, República Dominicana y Estados Unidos, entre otros países, piden a Maduro que demuestre que ganó por la ley y no por la trampa a la que está acostumbrado. La Organización de Estados Americanos tendrá una reunión extraordinaria tras los resultados, que son observados a nivel mundial con total desconfianza.
El futuro está en juego
Más del 70 por ciento de la gente votó al candidato opositor Edmundo González Urrutia, un exembajador impulsado por la líder de la oposición, María Corina Machado, que buscaba desplazar a Maduro. Sin embargo, el dictador puso toda la maquinaria estatal a trabajar para fraguar resultados y tras la votación, salir a amedrentar a la gente. Más de 20 millones de ciudadanos en el país y otros 69.221 en el exterior estaban habilitados para votar en unos comicios que muchos consideraban una gran oportunidad de decir “Basta”, de cambiar la historia, de rebelarse ante 25 años de dictadura chavista. Los últimos once en manos de Nicolás Maduro.
Jóvenes y familias enteras estaban esperanzados en recuperar derechos y garantías, en renacer del chavismo, del totalitarismo, de la incongruencia, de la crueldad, de la inhumanidad, del destrato constante.
González Urrutia lideraba las encuestas y según el conteo, ganó por más del 70 % de los votos, pero Maduro no respeta la voluntad popular, ni respeta derechos. Maneja los tres poderes del Estado y la Justicia Electoral, cooptada y sometida, lo declaró ganador. Vergonzante para todo el mundo, y mucho más para América Latina.
Preocupante
Los gobiernos de nueve países latinoamericanos, entre ellos la Argentina, manifestaron su “profunda preocupación” por el desarrollo de las elecciones presidenciales en Venezuela y anunciaron que pedirán una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA). Paraguay, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Perú, República Dominicana y Uruguay exigieron además “la revisión completa de los resultados con la presencia de observadores electorales independientes”. Durante los comicios, estuvo presente una pequeña delegación del Centro Carter, que indicó no tener capacidad de realizar una “evaluación integral del proceso de votación, conteo y tabulación” como tenía previsto hacer la Unión Europea, excluida como observadora a finales de mayo. Por su parte, el jefe de la diplomacia norteamericano, Antony Blinken, expresó su “seria preocupación” de que el resultado electoral anunciado en Venezuela no refleje la voluntad del pueblo, y pidió un recuento “justo y transparente” de los votos.
Venezuela no había dejado ingresar a veedores internacionales como fue el caso de los argentinos, Francisco Paoltroni, senador de la LLA y , Alejandro Bongiovanni, diputado del PRO. Así ocurrió con diputados españoles y otros políticos.
Vergüenza internacional que esto ocurra
Venezuela es un país paupérrimo, con una gran crisis humanitaria, un sistema de salud exterminado y la falta de alimentos que llevó a más de 8 millones de ciudadanos a tomar la decisión de emigrar en busca de posibilidades certeras. Así, todos estos venezolanos están distribuidos alrededor del mundo. Sin embargo, el gobierno actual sólo habilitó a 69.000 venezolanos residentes en el exterior para que pudieran votar.
Triste es saber que más de la mitad de los hogares se encuentran bajo líneas de pobreza multidimensional y 14,2 millones experimentan necesidades de asistencia críticas, según la organización HumVenezuela. Lo más contradictorio es que la economía bolivariana está dolarizada y una familia necesita U$S 600 dólares para cubrir la canasta alimentaria, y U$S 1.200 para cubrir alimentos y servicios. Los sueldos en Venezuela son muy bajos, de 3 a 10 dólares por lo que la gente sobrevive. El voto resultaba esperanzador frente al totalitarismo de Maduro que no dudó en encarcelar opositores y cerrar más de 60 medios de comunicación que muestran la realidad.
25 años de Chavismo totalitario
Primero con Hugo Chávez y, tras su muerte en 2013, con Nicolás Maduro, presidente. La administración de Maduro empeoró el absolutismo que ejercía Chávez. Sumó más y más denuncias por violaciones de derechos humanos, sanciones internacionales, el colapso de la economía (el PBI se contrajo 80% en una década) y la migración de personas que huyeron del hambre, la pobreza y la inseguridad.
Los altos índices de violencia, una inflación exorbitante, la represión del régimen. La persecución a los opositores, la grave escasez de alimentos y medicinas convirtieron la vida de millones de venezolanos en un sacerdocio. La última década en manos de Maduro fue de mal en peor, y los venezolanos vieron la única salida en el éxodo masivo, para desde afuera, ayudar a sus familias.
En 2013 cuando Maduro asume la presidencia, Venezuela era el tercer país más rico de la región, según los datos del Banco Mundial, con un PBI per cápita de 12.434 dólares. Actualmente con 8485 dólares de PBI per cápita, es el cuarto país más pobre de América Latina, solo por detrás de Honduras, con 8136, Nicaragua, con 7502, y Haití, con 3107.
Éxodo masivo: con Maduro, Venezuela registró la mayor migración en la historia contemporánea de América Latina, como lo informa la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Revela que 7,7 millones de venezolanos residen fuera de su país, lo que representa más del 22% de los 34 millones de habitantes proyectados por las autoridades venezolanas en el censo de 2011. Esta cifra supera a las olas migratorias de Siria, con 5 millones de personas, y de Ucrania, con 6,5 millones, ambos países que han sufrido conflictos bélicos durante años.
Crímenes de lesa humanidad: el Consejo de Derechos Humanos de la ONU creó una misión internacional independiente con el objetivo de investigar las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas que se dieron en Venezuela desde 2014. En 2021, la fiscalía de la Corte Penal Internacional, impulsó una investigación formal por supuestos crímenes de lesa humanidad relacionados con la represión de las protestas durante la crisis política de 2017. Con esta estampa, Venezuela se convirtió en el primer país de América Latina y uno de los pocos en el mundo en ser investigado formalmente por este tribunal internacional. Sólo la complicidad de militares y grupos de poder permitieron a Maduro mantener su gobierno sustentado en el totalitarismo.
Ha llegado el momento de dar vuelta la página de la historia. El chavismo logró minar la dignidad de los venezolanos y de los latinoamericanos. Esta votación es histórica, clave para el futuro. La llave de un pueblo de pie con el corazón abierto a flor de piel. Ante el fraude manifiesto, la OEA y los países que solicitaron el recuento de votos tienen la responsabilidad de garantizar la voluntad popular en Venezuela. Cuestión que afecta a todo el continente.