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Por Natalia Aguiar

Un país entero estremecido por la desaparición del pequeño niño, en el pueblo 9 de Julio de Corrientes, donde en el seno de un almuerzo entre familiares y amigos o conocidos, parece que la tierra se lo tragó. No apareció nunca más. Hace 18 días está desaparecido, y nadie sabe de él. Nadie sabe de su vida. Crecen las conjeturas. La Justicia no da respuestas y los funcionarios se tiran la pelota del lado provincial al federal.

Loan es y fue víctima de la ineptitud, de la falta de respuestas del sistema judicial, del sistema institucional, de la política, de los legisladores, fue víctima de un país que no se encarga de sus niños como debería ser.

Nuestro sistema legal nacional y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, del cual Argentina es parte, tiene un precepto inquebrantable que es: “el interés superior del niño” ante cualquier otro derecho, garantía u obligación.

Todo debe estar supeditado en ese “interés superior del Niño”. Sin embargo, a Loan lo dejaron solo, lo dejamos solo. Puede ser nuestro hijo, nuestro nieto, nuestro sobrino, nuestro hermano. Loan es nuestro. A Loan lo perdimos como agua entre los dedos, en un abrir y cerrar de ojos.

Cualquier ser humano, sea o no padre, se conmueve hasta los huesos ante esta historia plagada de inconsistencias, pero que, para la Justicia provincial, se trata de un delito de “trata de personas con fines de explotación”, razón por la cual se derivó la investigación a la justicia federal.

Solo pensar en la desolación de esos padres, de esa familia, el corazón, el alma, se estrujan. ¿Pueden nuestros niños estar tan abandonados? ¿Pueden los niños estar tan abandonados? Un país sin niños sanos, es la nada misma. Un país que no protege a sus niños, con educación, salud, posibilidades, seguridad, es un país sin destino. Un país sin niños contenidos, con futuro, no es tal.

Si faltaba algo, además de los seis detenidos, cinco participaron de ese almuerzo: Antonio Benítez, Mónica del Carmen Millapi, Daniel “Fierrito” Ramírez, María Caillava, Carlos Pérez. Luego el comisario Walter Maciel fue imputado y privado de la libertad. Pero 16 días después, Laudelina Peña, la tía de Loan, hermana de su padre, casada con Antonio Benítez, el más complicado de todos, colocó el cascabel al gato. Dijo el viernes durante la madrugada en declaraciones a la justicia provincial, que el niño fue atropellado por Victoria Caillava y su marido Pérez, y su cuerpito arrojado al basural de 9 de Julio. Denunció amenazas de muerte en su contra, para que callase.

¿Verdad o estrategia? Todas las pruebas en el expediente, como los indicios indicarían que se trata de una estrategia defensiva porque si bien se rastrilló el basural, y se trabajo con drones de última tecnología, nada se encontró, por el momento.

Tampoco la primera pericia que se hiciera a la camioneta del matrimonio señalado, arrojó resultados positivos respecto un supuesto accidente.

La familia de Loan descree de los dichos de la tía Laudelina, la esposa de Benítez que ya tenía antecedentes judiciales y había sido foco de atención en el pueblo, porque lo vincularon en redes sociales, a la venta de niños en Corrientes. Lo que desató un escándalo en la población de la zona.

“Es una historia que parece armada”, explicó a TN, Gustavo Briend, el abogado de los padres del niño. “No suman para la causa porque forman parte de una estrategia defensiva”, dijo el letrado que adelantó que este lunes pedirá una serie de medidas. “Es cuestión de tiempo para saber la verdad”, concluyó el abogado. Es tan inconsistente la declaración de Laudelina, que, hasta el abogado de Caillava y Pérez, adelantó que sus defendidos negarán todo.

Por su parte, uno de los hermanos de Loan, dijo sentirse perdido, ”No puedo describir lo que estamos viviendo, me siento perdido y angustiado, ya no creo en nada”, sostuvo el joven. Lo que más duele y afecta es la falta de contención que mantiene a este niño en estado de desprotección absoluta. Loan con tan sólo cinco añitos, ha quedado solo en lucha contra un sistema corrupto, viciado, corroído por la avaricia, los negocios, las vinculaciones políticas, la trata de persona, la inercia, la indiferencia, los delitos más aberrantes contra los niños indefensos.

¿Cómo puede fallar tanto el sistema? Es que mire, si un comisario estaba involucrado en esta maniobra, demuestra que en los delitos de trata de personas, venta de armas y narcotráfico, los altos jefes de las fuerzas de seguridad de la zona, sueles estar involucrados y hacer la vista gorda. Este hombre además, ejercía abuso de poder y autoritarismo. Estuvo investigado por delitos de abuso sexual y además quedó demostrado que plantó la prueba de la zapatilla del niño.

¿Cómo puede desaparecer un niño de la nada? ¿Cómo podemos vivir tranquilos mientras tantos niños, como Sofia Herrera y tantos otros desaparecen y la vida sigue? ¿Cómo podemos los argentinos soportar esta indiferencia de las instituciones?

Si se demuestra que la investigación realizada por la justicia correntina ha sido mala, o insatisfactoria, debemos hacer una gran introspección como Nación, porque la Justicia debe dar respuestas. Es el máximo eslabón al que aspiran los ciudadanos para conocer a la verdadera Justicia, para obtener respuestas, para obtener paz, tranquilidad, y respeto. La justicia, aunque no cumpla su rol como debería, es sinónimo de esperanza para la ciudadanía.

El accionar de Laudelina demuestra que en esos pueblos, como en tantas otras ciudades y pueblos de la Argentina, el señor feudal existe, las jerarquías existe las complicidades con las fuerzas de seguridad y de la política, son moneda corriente, hasta el punto de creerse impunes. La impunidad es como el sol de cada día.

Todas estas inconsistencias e irregularidades dan lugar a la defensa de Victoria Caillva y Carlos Pérez para plantear nulidades y quizás que todo quede en la nada. La famosa teoría del “fruto envenenado”. Si una manzana está envenenada, envenenará a todo el árbol”. De comprobarse esto, la causa caería como un castillo de naipes.

Este caso sin lugar a dudas es político por donde se lo analice. El Gobernador correntino Gustavo Valdéz, se subió al circo e hizo declaraciones poco felices. La ministra de Seguridad por su parte, también tuvo declaraciones desacertadas y mostró ventajismo en su accionar, ya que había dicho que viajó a Paraguay por el caso Loan pero la desmintieron las autoridades paraguayas, porque en realidad su viaje estaba planeado desde antes para participar de una cumbre de la OEA. Además, las autoridades paraguayas negaron que el niño estuviera allí.

Además de que la política, los jueces, fiscales y autoridades policiales no dieron respuesta a un país en vilo por Loan, Bullrich y Valdez tuvieron la desfachatez de sacar rédito político y publicidad de esta tragedia. Inaceptable, inhumano. Por su parte Javier Milei parece haberle delegado el asunto a Bullrich. Un país con dirigentes que priorizan sus intereses personales.

En Argentina son 113 los niños desaparecidos, y la alarma nacional persiste. Estos son datos brindados por la organización Missing Children, una asociación civil, sin fines de lucro, que trabaja de cerca sobre esta problemática y que lleva adelante una tarea solidaria vital.

13 chicos y adolescentes menores de edad que están desaparecidos en la Argentina. Nunca volvieron a casa, nada se sabe de ellos y sus familias siguen sin respuestas. Varios de esos casos derivaron en investigaciones judiciales que no arrojaron luz. Otros quedaron sumidos en la nada.

Si bien hay registros sobre 113 chicos de quienes no se sabe nada en la actualidad en la Argentina, en Missing Children estiman que esa cifra podría ser mucho mayor. “Es un aproximado porque desaparecen todo el tiempo y también aparecen en la misma medida. Y ese número es sobre el que Missing Children tiene conocimiento. Eso no quiere decir que sean sólo 113 o 120 niños desaparecidos en Argentina. Ojalá sean menos, pero lamentablemente suelen ser aún más”, aseguró Octavio Lizarraga, voluntario de la ONG.

De esos 113 chicos, 75 son menores de edad en la actualidad. Unos 38 desaparecieron mientras eran menores. Hoy supuestamente ya cumplieron la mayoría de edad. Se los sigue buscando por igual.

Missing Chilren informó que reciben al menos 1.400 denuncias por año, lo que equivale a casi cuatro por día. Lee bien, cuatro denuncias por día.

Por su parte, el Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas (RNIPME), es el único que concentra los datos oficiales.

Cuenta con una base de datos, donde se vuelca la información de todo el país sobre niños y adolescentes de quienes se desconozca el paradero, y maneja la línea 142, a la que se puede llamar si se tiene información sobre un menor extraviado. Las últimas estadísticas que se publicaron tienen datos hasta 2022. Ese año se registró un total de 1.935 búsquedas, de las cuales 488 estaban en trámite y 1.447, paralizadas.

La fe mantiene a la familia, amigos y argentinos de bien. Se cuenta con gran respaldo tecnológico de pericias, pruebas científicas, y el proceso penal, que tras 16 días con Loan perdido tomó otro ritmo. Tarde pero seguro.

La Justicia es oxigeno para una sociedad a la espera de respuestas. Nadie debería pasar por una situación como la que nos convoca como sociedad. Ni un niño más desaparecido. Ni una familia más en la incertidumbre. No hay consuelo. ¡Queremos a Loan! ¡Queremos a Loan!