La mítica tiene su punto de mayor altitud en la provincia de Salta, en un lugar llamado Abra del Acay. Este se encuentra a 4.895 metros sobre el nivel del mar. Además, es el paso carretero más alto del mundo en una ruta nacional fuera de Asia. Fue declarado Monumento Natural Provincial en 1995.
San Antonio de los Cobres, un poblado de 7.000 personas ubicado a 3.700 metros de altura de la Puna salteña, ofrece varios atractivos para conocer las bellezas de esa zona del noroeste, entre las que sobresalen las Salinas de Cangrejillos, el museo El Mojón, el Viaducto La Polvorilla, el monumento natural Abra del Acay y el taller de cerámica Thuru Maky.
Brinda además la posibilidad de realizar el tramo ferroviario del nuevo trayecto del Tren a las Nubes, que arranca en este poblado al que se llega tras recorrer 165 kilómetros de caminos de montaña, ripio y polvo desde la ciudad de Salta, entre paisajes impresionantes y un cielo que se torna más azul al tomar altura.
El Viaducto La Polvorilla, una imponente obra construida entre 1930 y 1932, de 224 metros de largo y 64 de alto, corona el maravilloso recorrido del Tren a las Nubes a poco de atravesar la llamada Cordillera Oriental por un abra que la separa de la Sierra de los Pastos Grandes.
Los hermosas vistas que se pueden apreciar antes de llegar a esta mole de hierro se completan con la posibilidad de tomar contacto con grupos de música y danza que interpretan canciones y bailes típicos de la cultura Andina.
El monumento natural Abra del Acay, situado a 45 kilómetros de San Antonio de los Cobres y a 4.900 metros de altura, cuenta con la mítica apacheta de los viajeros que intercambian los productos de la Puna Salto-Jujeña con los del Valle Calchaquí.
Nido
Este punto también es conocido como “nido del viento blanco” y está ubicado en el departamento La Poma de Salta. Más precisamente, situado en la ladera occidental del Nevado de Acay, un cerro de casi seis mil metros de altura. Además, está a 45 kilómetros al sudeste de San Antonio de los Cobres y a 231 de la ciudad de Salta.
Se trata de un paso de montaña que une la Puna con el Valle Calchaquí superior, pasando de esa forma desde las montañas frías y áridas de la Cordillera de los Andes a un valle rico en agua de deshielo.
Abra de Acay es el punto más alto de la más extensa de la Argentina que une el norte y el sur del país a lo largo de más de cinco mil kilómetros. La construcción de este paso comenzó en 1957 y se inauguró en 1960. Para ello, se siguió el trazado del antiguo Camino del Inca.
Se trata, por supuesto, de una de las partes más escabrosas de la ruta nacional 40 y el tráfico que la atraviesa es prácticamente nulo.
Además, el estado de la ruta es variable, aunque la generalidad es que merece la calificación de intransitable. En verano, las lluvias dificultan el paso de los vehículos cortando la ruta en varios puntos y, en invierno, el intenso frío y las nevadas hacen su paso bastante complicado.
La carretera sigue el trazado del antiguo camino incaico y preincaico, que unía la Puna y el altiplano hoy boliviano con los Valles Calchaquíes, para lo cual se deben superar las altas montañas que los separan.
La red vial prehispánica realizaba ese cruce por dos vías: pasando por Tastil y rodeando el Monte Acay (de 5900 m.) por el Este, por el Abra de Ingañán (camino que realicé un año antes, pero a pie) a 4400 metros de altura, o por el Oeste, por el mismo Abra del Acay, a 4900 metros sobre el nivel del mar.
Este lugar ofrece una vista panorámica desde la cual pueden verse distintos lugares, como el Nevado de Chañi, las Salinas Grandes, el Volcán Tuzgle, el nacimiento del Valle Calchaquí y la cima del Nevado del Acay, entre otros.
El pasaje por acá no es sencillo. Es uno de los pocos tramos de la que no se encuentra pavimentado y la excesiva altura puede provocar el apunamiento de los vehículos y de las personas. En época de lluvias, puede haber deslizamientos de tierra que dificultan el paso y en invierno las temperaturas llegan a ser muy bajas.