Carlos Reutemann murió hoy a los 79 años en Santa Fe, internado en un sanatorio al que ingresó el 30 de mayo pasado. Dos veces gobernador de la provincia, ocupaba una banca como senador nacional. Fue uno de los grandes ídolos del automovilismo con una destacada trayectoria internacional como piloto de Fórmula Uno.
Reutermann quedará en la historia política del país por haber desechado la oportunidad de ser el presidente de los argentinos. El suyo fue el primer nombre en el que pensó Eduardo Duhalde cuando buscaba un sucesor. Muchos recordarán el enigmático argumento del santafesino para rechazar la oferta: “Vi algo que no me gustó”. Nunca se supo a qué se refirió ni si fue el miedo escénico lo que lo hizo volver al llano. Pero todo encajaba para que el peronismo se uniera detrás de su candidatura y de un descontado triunfo electoral. Fue elegido gobernador de Santa Fe para el período 1991-1995, después de derrotar al radical Horacio Usandizaga, exintendente rosarino.
Reutemann fue piloto de Fórmula 1 desde 1972 hasta 1982. Compitió para los equipos Brabham, Ferrari, Lotus y Williams. En su carrera en la máxima categoría del automovilismo obtuvo 12 victorias, 45 podios y seis pole positions en 144 carreras puntuables, además de dos triunfos en carreras fuera de campeonato. En 1981, habiendo superado a su compañero de equipo y primer piloto de Williams, Alan Jones, finalizó segundo en el Campeonato de Pilotos a solo un punto del campeón, Nelson Piquet.
En los últimos años vivió en su campo de Llambí Campbell, 50 kilómetros al Norte de la capital de Santa Fe, y su actividad se redujo casi exclusivamente a la atención de los temas políticos y la administración de su campo sojero.