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Luego de su participación en el G20, Javier Milei recibió ayer miércoles en Casa Rosada a la titular del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, una de las principales referentes de la derecha europea.

Es la segunda visita internacional que tiene el Presidente en lo que va de la semana. La primera tuvo lugar el domingo, cuando el presidente francés Emmanuel Macron tuvo un paso raudo por Buenos Aires, en la previa de la cumbre global que se realizó en Río de Janeiro.

La premier italiana llegó 11 en punto a Balcarce 50, donde fue recibida por los Granaderos y su tradicional fanfarria militar Alto Perú. Una vez en el Salón de los Bustos, se fundió en un abrazo con la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei. Entre risas y cuchicheos, ambas aguardaron la llegada del Presidente, con quien subieron las escaleras hasta el Salón Blanco, ubicado en el primer piso de la Casa de Gobierno. Se tomaron fotos y luego pasaron al despacho presidencial, donde mantuvieron una reunión privada.

Meloni aterrizó en la tarde del martes en el aeropuerto Jorge Newbery de la ciudad de Buenos Aires, donde fue recibida por el embajador de su país en la Argentina, Fabrizio Lucentini y por el vicecanciller, Eduardo Bustamante. Desde allí partió, no sin antes dejar sus pertenencias en el Hotel Four Seasons, hacia la Quinta de Olivos para participar de una cena de bienvenida organizada por Milei y su pareja, la actriz Amalia “Yuyito” González. El agasajo tuvo de primer plato burrata de entrada y lomo con puré de papa y batata.

El vínculo amistoso entre las máximas autoridades de la Argentina e Italia quedó evidenciado en junio durante su encuentro en la cumbre del G7, en Bari. En esa ocasión, Milei y Meloni, que ya se habían reunido en febrero en el Palacio Chigi de Roma, se saludaron entre risas. Sin embargo, más allá de la sintonía política entre ambos dirigentes, en Italia aguardan avances en materia comercial. El mandatario argentino tenía previsto reunirse en el G20 con autoridades de Enel, la empresa eléctrica estatal italiana, pero por “problemas de agenda” el encuentro debió suspenderse.

“Tenemos algo en común, una dimensión política y personal. Fuimos elegidos por abordar con coraje y sin tapujos el problema central de nuestras naciones. En mi caso, terminar con la inflación y la pobreza; ella, para darle una respuesta contundente al problema de la inmigración descontrolada”, expuso Milei, al leer un fragmento de la declaración conjunta desde el Salón Blanco del palacio presidencial.

Según el mandatario libertario, “hay pocos presidentes que se animan a decirle la verdad a la ciudadanía (se pueden contar con una mano)”, y subrayó que tanto él como Meloni “sabemos que eso no es gratuito, fuimos y somos castigados por el establishment, pero nosotros vamos a soportarlo porque sabemos que a la larga vamos a prevalecer”. “Aunque ellos jueguen con ventaja, vamos a prevalecer porque los que están peleados con la realidad son ellos y a nosotros nos motiva una causa noble, que es que nuestros ciudadanos se sientan orgullosos de ser argentinos e italianos y restituirles a nuestras naciones los laureles de gloria”, resaltó el jefe de Estado.

El presidente recordó en la exposición que “la Argentina e Italia tuvieron una relación ambivalente a lo largo de estos últimos 200 años, pero son innegables los lazos de sangre que nos une como pueblo”. En ese marco, destacó que “hoy nos reencontramos con dos administraciones afines, que reconocen desafíos comunes desde su propio lugar y tenemos la oportunidad histórica de construir una relación especial entre nuestras naciones”.

En un tono ideológico, Milei expresó su rechazo a lo que denominó “ideología de género”, defendió el “derecho irrestricto a la vida” y “la defensa de la familia como elemento central de la sociedad”. “Y ante la enfermedad del alma que es el virus woke (sic), nosotros pedimos restaurar el sentido común y volver a los valores que comparten la gran mayoría de los ciudadanos del mundo occidental. Valores que fueron forjados en la antigua Roma”, remarcó, en un guiño político a su par italiana.

El mandatario instó a llevar a cabo un “trabajo conjunto” y colaborar en objetivos comunes “no solo Argentina e Italia, sino también otros países del mundo libre que comparten nuestros valores”. “Una alianza de naciones libres unidas en contra de la tiranía y la miseria. Hoy Occidente está en un manto de tinieblas y exige que quienes defendemos la libertad, aunque seamos pocos, echemos luz y marquemos el camino”, cerró.

 

Equilibrio diplomático

A partir de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, Milei tomó carrera en lo que implica negociaciones con los distintos países del mundo. En su debut en el foro global que se realiza en Río de Janeiro, mantuvo una reunión con su par de China, Xi Jinping, a quien había tildado de “comunista”, y con la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, además de con el primer ministro de India, Narendra Modi. Una demostración de que, pese a la “purga” ideológica puertas adentro de la Cancillería, cuando se trata de política exterior y negocios, el pragmatismo está a la orden del día.

El plato fuerte del G20 fue el cara a cara de Milei con el líder chino. Tras sus duras críticas durante la campaña, el libertario parece haber cambiado el libreto: ahora califica al gigante asiático como un “socio comercial interesante”. ¿La razón? Una economía en apuros que necesita más exportaciones de soja, la renovación del swap de monedas vigente hasta 2026 y un nuevo acuerdo con el FMI. Beijing también tiene lo suyo en juego: busca reactivar las represas paralizadas en Santa Cruz, cuya construcción depende de acuerdos de financiamiento que aún están en veremos.

 

Con Xi Jinping

En el cónclave, China dejó claro que quiere fomentar al comercio con Argentina, mientras que los representantes del Gobierno, con un tono más calculador, hablaron de aumentar sus exportaciones. Al cierre, ambos países se comprometieron a impulsar “proyectos conjuntos” que prometen beneficios mutuos, aunque sin demasiados detalles concretos.

El comunicado oficial argentino fue cuidado con pinzas, casi como si quisieran evitar dar pistas. La delegación optó por el silencio, pero después del encuentro se destacó un punto caliente: la colaboración “financiera”. Por lo bajo, se especula que China podría no solo ampliar el swap de monedas, sino también poner sobre la mesa nuevos mecanismos de financiamiento para el país.

La relación con el FMI es otro capítulo en esta trama. En su reunión con Georgieva, Milei buscó allanar el camino para un nuevo acuerdo con el organismo, luego del viaje que hace pocas semanas emprendió a Washington el ministro de Economía, Luis Caputo. El objetivo del gobierno argentino es uno solo: lograr financiamiento en mejores condiciones. Con Trump nuevamente en la Casa Blanca, ese anhelo parecería volverse cada vez más palpable.

 

Meloni y Milei comparten posiciones geopolíticas sobre temas globales, lo que podría dar un impulso a la cooperación estratégica entre ambos países. Desde que resultó electo, el libertario quiere convertirse en una referencia global de una Liga de Naciones Conservadoras, que funcione como contrapeso de la agenda que promueve la ONU con la Agenda 2023.