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Desde la Central denunciaron que los funcionarios no ofrecieron "todavía nada en concreto". Reclaman una reforma laboral negociada en los convenios y la homologación de las paritarias.

La decisión sorprendió y dejó en ridículo al vocero presidencial Manuel Adorni que, tres horas antes del conclave cegetista que definió la medida, había dicho que «luego de tener la charla que tuvimos, entendemos que el paro no va a existir».

La determinación final la adoptó el Consejo Directivo de la CGT en una extensa reunión de alrededor de tres horas en la que participó el pleno de los dirigentes que lo componen. A la vez que ratificaron la movilización del 1° de mayo, definieron su participación en la movilización a Plaza de Mayo convocada por sindicatos universitarios, organizaciones estudiantiles y los rectores para el 23 de abril y anunciaron un paro de actividades de 24 horas para el 9 de mayo. La acción, adelantaron, se llevará adelante sin movilización.

El gobierno creyó que la reunión que se había realizado el día anterior sería suficiente para inducir a la CGT a desestimar la convocatoria a un nuevo paro general. El ministro del Interior, Guillermo Francos, que participó del cónclave, se mostró sorprendido por la definición. En una entrevista con radio La Red señaló que «decretar un paro el día posterior a una reunión muy buena que tuvimos nos sorprendió. A mí me sorprendió particularmente. Pero está dentro de las decisiones que puede tomar la CGT, quizás tienen distintas posiciones».

En la extensa reunión en Casa Rosada, los funcionarios descartaron dar lugar al principal reclamo que llevaron los dirigentes de la CGT: la homologación de todos los acuerdos paritarios y no sólo aquellos que queden por detrás de la inflación. Sin embargo, los esfuerzos por desactivar la medida llegaron hasta el punto de que, según confió el secretario de prensa de la CGT, Jorge Sola, en una entrevista con Radio Mitre, el asesor personal del presidente de la Nación, Santiago Caputo, «nos pidió perdón por incluir la reforma laboral en un decreto».

«Ayer sólo hubo una reunión en la que se habló y se escucharon los reclamos, pero no hubo todavía un hecho concreto que nos permita visualizar una acción por parte del gobierno que nos contenga. Por eso hoy, en el Consejo Directivo Nacional, es concreto que se va a discutir una medida de ese tipo», dijo.

 

Un mes por delante

Luego del anuncio del paro, Francos se mostró optimista con la posibilidad de que la medida pueda finalmente quedar sin efecto. El funcionario señaló que «igual está previsto para dentro de un mes, así que seguiremos conversando, no tenemos por qué frenar las conversaciones por esto».

Es justamente alrededor de ese punto donde se expusieron las diferencias al interior de la CGT. Los sectores más dialoguistas, sin nada en la mano, no encontraron margen para desechar el paro pero sí para extenderlo en el tiempo contra el reclamo de los sindicatos más combativos que esperaban resolver una medida para las próximas semanas, antes del acto del 1° de mayo.

De esta manera el gobierno tendrá la oportunidad de ofrecer algún hecho concreto de acá al 9 de mayo para intentar inducir un levantamiento de la medida de fuerza. Entre muchos puntos, son dos los principales frentes en los que el ejecutivo tiene oportunidad de llegar a algún entendimiento.

Por un lado, en la elaboración de un proyecto de ley de reforma laboral que contemple alguna de las condiciones de la CGT que, así lo hicieron saber en su documento «Agenda para un nuevo Contrato Social», está dispuesta a contemplar en una modernización de las relaciones laborales aunque en el marco de los convenios colectivos. Una ley podría habilitar cambios a través de ese canal y no con una reforma drástica de la Ley de Contratos del Trabajo.

Por el otro lado, podrían ceder en la homologación de acuerdos paritarios que tiene pisados y que constituyen uno de los reclamos más concretos de los dirigentes de la CGT. Dos acuerdos de fuste que no reúnen los requisitos oficiales y que podrían oficiar de llave al gobierno son el de Camioneros, que tiene un 45% de aumento pautado para los meses de marzo y abril, y el reciente de la UOM, que selló una suba del 42% para el período febrero-marzo.

Uno de los principales dirigentes de la CGT, el secretario adjunto y líder de UPCN, Andrés Rodríguez, fue consultado en AM 750 el viernes sobre la posibilidad de que la medida se suspenda. La respuesta sorprendió en tanto se limitó a un intrigante «Veremos…».

En estas condiciones, y en caso de tener la voluntad, el gobierno dispone de un camino que le puede resultar eficaz aunque dependerá de su evaluación política.

No sería la primera vez que, en la lógica del gobierno libertario, prima la idea que considera que en la confrontación con sindicatos y organizaciones sociales es más lo que gana que lo que pierde.
Pero también es cierto que el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores es muy profunda.

Según un informe reciente de la UCA, el 32,1% de los asalariados vive en hogares pobres. La presión por abajo acerca de la conducción también jugará su papel. «

 

Las dos CTA ya se sumaron al paro

La medida dispuesta por la CGT ya cuenta con la adhesión de las dos CTA. Tanto la CTA de los Trabajadores, liderada por Hugo Yasky, como la CTA Autónoma de Hugo “Cachorro” Godoy formalizaron su participación en la medida de fuerza.

La decisión de ambas organizaciones tendrá su impacto en tanto la organización liderada por Yasky contiene a la CTERA que tiene sobrada representación para paralizar la actividad educativa en los niveles inicial, primario y de la escuela media. También controla, entre otros, a uno de los principales sindicatos aeronáuticos, la Asociación de Personal Aeronaútico (APA), que agrupa al personal de tierra y tiene capacidad de interrumpir la actividad aerocomercial.