columna maroccoEsta es mi última columna del año. Y quiero aprovechar para refrendar algunas de las cosas que sostuvimos desde un comienzo.

Por Antonio Marocco

Nunca me sentó cómodo el rol de comentarista de la realidad. Siempre entendí que las más valiosas palabras terminan siendo aquellas que se saben respaldadas por los hechos y por la honestidad intelectual.

Y siempre defendí que la comunicación es constitutiva de la acción económica, social y política. Todo comunica, pero a ese todo siempre hay que dotarlo de contenido, de conceptos, de intenciones, de propósitos. Hay que sospechar cuando algo suena simple y vacío.

Para dar un ejemplo: Hay muchas diferencias entre un Gobierno que dice que Salta es inviable y está condenada al subdesarrollo y otro gobierno que explica las asimetrías históricas que perjudican a nuestra provincia, propone un nuevo modelo de desarrollo y pelea a nivel federal por nuestros recursos.

Hay mucha diferencia entre quienes hasta se oponían a las vacunas y entre quienes ponían el cuerpo para gestionar la peor pandemia de las últimas décadas y cuidar la vida de los salteños.

En esta especie de apuntes para el debate que fuimos construyendo semana a semana intentamos ensayar un diagnóstico sincero sobre la coyuntura y la época que nos toca vivir. Y también sobre los futuros a los que aspiramos.

Siempre propusimos un marco racional de discusión, defendimos la posibilidad del disenso y destacamos que los mejores logros siempre son los que surgen desde el consenso.

En la primera columna de este año, celebraba el inicio de clases en tiempo y en forma. Lo celebraba porque entendía que, así como fuimos capaces de sostener y mejorar el sistema de salud pública durante la pandemia, también empezábamos a poner en marcha un mejor sistema educativo.

Lo logramos, recuperamos a la mayoría de los alumnos que habían desertado del sistema educativo durante los años de aislamiento. Se invirtió en conectividad y tecnología, inauguramos nuevas escuelas, se aceleró la refacción y el acondicionamiento de tantas otras. Los docentes no perdieron el poder adquisitivo.

También se cumplió algo muy valioso que en aquella primera columna anticipábamos: la puesta en marcha de la Universidad Provincial de Administración, Tecnología y Oficios.

Hoy no es solamente una institución en funcionamiento y con estudiantes cursando, sino que ya tiene un centenar de jóvenes certificados en distintos cursos vinculados a rubros con alta demanda laboral.

Otro de los temas que abordamos a lo largo de este año fue la cuestión federal, entendiendo que el desarrollo de Salta precisa de una vinculación mucho más estrecha y virtuosa con sus pares de la región. Es la única manera de ser competitivos y revertir el orden social, político y económico que privilegia al centro del país en desmedro del norte argentino.

Junto al gobernador Gustavo Sáenz participamos activamente de la conformación tanto del Consejo Regional de Gobernadores como del Parlamento del Norte Grande, y su consolidación durante el último año. Estas instituciones, que reúnen a 10 gobernadores y a un centenar de legisladores provinciales, fueron clave para empujar una serie de reivindicaciones tan importantes como inéditas.

Desde el bloque regional se logró la incorporación de financiamiento para obras de infraestructura en el Presupuesto Nacional por 148.405 millones de pesos; el incremento del cupo de energía subsidiada para cada provincia, correspondiéndole a Salta 100 megavatios; aumentos en la asistencia social por parte de Nación para poblaciones vulnerables; incrementos en los fondos para sostener el sistema de transporte público y evitar tarifazos; como así también avances en el desarrollo del Corredor Bioceánico Norte, con obras viales y férreas que ya se ven en marcha en el territorio salteño.

De la misma manera, ya a principios de año advertíamos sobre los perjuicios que ocasionaría la actuación del Poder Judicial en favor de los privilegios porteños y en detrimento de las necesidades del interior del país.

Lamentablemente, en la última semana se conoció el fallo del máximo tribunal que obliga al Gobierno Nacional a incrementar el porcentaje de coparticipación que percibe la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Estos recursos, que ahora recibirá el distrito más rico del país, son los que podrían mejorar el saneamiento, la salud o las escuelas de todo norte del país.

Como lo expresó en una solicitada el gobernador Gustavo Sáenz junto a otros tres mandatarios provinciales, causa preocupación el fallo de la Corte Suprema de la Nación porque “asigna montos que incrementan en forma desmedida los fondos de la Ciudad de Buenos Aires en desmedro de fondos correspondientes a la Nación Argentina en su conjunto”.

A diferencia de la misiva que firmaron otros 14 mandatarios contra el fallo de la Corte, la posición de Salta, Río Negro, Neuquén y Misiones se mantuvo al borde de la grieta, reclamando una visión realmente federal y exigiendo que los recursos nacionales se distribuyan de manera equitativa y no sean orientados de manera discrecional.

Pero cuidado: estos no son meros reclamos al viento. Son exigencias justas para seguir generando oportunidades, porque estamos convencidos de que los salteños tenemos todo para cumplir con nuestros objetivos y sueños.

Esta semana, sin ir más lejos, encabecé la entrega de medallas por 25 años de trabajo a servidores públicos que se esfuerzan día a día, que contribuyen, que tienen vocación de servicio. Que nos ayudaron a mantener la paz social durante estos tiempos difíciles para el país y el mundo entero.

Comencemos este 2023 con esas ganas de seguir construyendo juntos una Salta mejor, más justa, con más oportunidades y siempre en libertad.