columna maroccoEsta semana se dio inicio a la zafra en el norte de la provincia. Y eso es una buena noticia. Es una buena noticia sobre todo por el contexto nacional e internacional que estamos atravesando.

Por Antonio Marocco (*)

Porque a pesar de que venimos advirtiendo hace ya tiempo el posible desabastecimiento de combustibles, en Salta -contra viento y marea- se siguen generando puestos de trabajo de calidad, valor agregado en origen, exportaciones, divisas e industrialización. Esto es lo contrapuesto a los empleos de emergencia, del sálvese quien pueda, en lo que parece ser la moda para resolver los problemas de la sociedad y sólo contribuye a distribuir la pobreza.

La zafra en El Tabacal inició con la tradicional misa, que se realizó por primera vez luego de las restricciones por la pandemia. No me caben dudas de que la nueva normalidad, si no nos equivocamos, será con más y mejores oportunidades.

Créanme: estuvimos ahí para esta misma fecha hace dos años, cuando éramos pocos, cuando la situación era bastante compleja y el futuro incertidumbre pura.

Hoy, el escenario es mucho más optimista, hay confianza en el crecimiento económico y eso es muy virtuoso para el futuro de la provincia de Salta.

El propio presidente de la compañía que administra el ingenio, Oscar Rojo, adelantó que esperan mantener y superar la cosecha y el rendimiento de años anteriores, fruto de las inversiones, el desarrollo tecnológico y el trabajo directo e indirecto de miles de salteños.

En paralelo, en Salta debemos empezar a orientar el desarrollo de la minería en los mismos términos: pensando en la sostenibilidad social, productiva, económica y ambiental, una minería perdurable en el tiempo.

De nada sirve la minería que es pan para hoy y hambre para mañana. Todavía no podemos recuperarnos del golpe que significó la caída de la industria petrolera en el norte provincial.

Tanto nos costaron las políticas energéticas erráticas que hoy, como la mayoría de las provincias del norte, estamos con problemas de abastecimiento de gasoil.

Justamente, somos las provincias que hace tiempo impulsamos una ley de biocombustibles que mejorara la competitividad del sector, el autoabastecimiento energético y la transición ecológica. Generando de esta manera empleo y desarrollo para las economías regionales.

El proyecto llegó a ser aprobado por unanimidad en el Senado de la Nación. Pero lamentablemente, sin demasiados argumentos convincentes, en la Cámara de Diputados rechazaron la iniciativa que buscaba estimular el desarrollo de los biocombustibles.

Quedó trunco. Y dos años después no tenemos combustibles, justamente ¿quiénes? las provincias que podemos producirlos.

Quizás fue más fuerte el lobby de la especulación petrolera. El mismo que hoy es incapaz de dar respuestas al desabastecimiento que padecemos.

Lo que deberían saber es que frenando los biocombustibles no solamente se impusieron ante las provincias argentinas: sino ante una tendencia global.

Como dice el Papa Francisco en su encíclica Laudato SI, “Mientras no haya un amplio desarrollo de las energías renovables, que debería estar ya en marcha, es legítimo optar por la alternativa menos perjudicial o acudir a soluciones transitorias”.

(*) Columna emitida por FM Aries el 2 de junio de 2022.