Gobierno de Salta
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Por Aldo Duzdevich (*)

La presente forma parte de una serie de notas sobre la violencia política en la Argentina, en las que intento un análisis del contexto, la oportunidad, los costos, y los limites de la violencia política. Comencé por las insurrecciones radicales de 1890 que dan inicio político al siglo XX, y las contradicciones en el gobierno de Yrigoyen. Hoy voy a referirme a los Comandos Civiles (CC) . La primer guerrilla urbana que actuó contra un gobierno constitucional.

 

Década Infame, proscripción y resistencia del yrigoyenismo

El golpe contra Hipolito Yrigoyen en 1930 da inicio al periodo conocido como “la Década Infame”; cuyo primer objetivo fue evitar el regreso del “populismo” yrigoyenista. Apelaron al sencillo tramite de proscribir a Yrigoyen y todos los vinculados a su gobierno (algo que se repetirá 25 años después con Perón y el peronismo).
El radicalismo yrigoyenista intentara una acción de resistencia. Algunas sublevaciones radicales en el litoral en 1931/ 32 y 33 son sofocadas a sangre y fuego y la prisión de Ushuaia se llena de presos políticos. El régimen también acudirá a los sicarios para asesinato del diputado cordobés Jose Guevara, y del senador Enzo Bordabehere en el mismo recinto del Senado Nacional.

El sector oligárquico conservador retoma las viejas practicas del fraude, que incluso llamo “patriótico” porque supuestamente evitaba el “mal mayor” que era el retorno el populismo yrigoyenista. En esos años el “campo” de entonces, la oligarquía ganadera obtuvo el vergonzante “Pacto Roca-Ruciman” que consistía en darle una cantidad de beneficios a las empresas inglesas, a cambio de asegurar una cuota de exportación de carnes.

 

Golpe de 1943 e inicios del peronismo

Luego de 13 años de gobierno conservador, el descontento era general, y cuando se propuso al terrateniente salteño Robustiano Patrón Costa como presidente, un sector del Ejercito influenciado por el GOU (Grupo de Oficiales Unidos) decidió poner fin a la farsa del fraude patriótico.

Rápidamente el Coronel Perón fue ganando espacio dentro del gobierno y logrando el apoyo de los trabajadores a partir de su política desde la Secretaria de Trabajo y Previsión. Pero, en octubre de 1945 la reacción conservadora intentara frenar lo que consideraban un peligro para sus intereses, obligando a destituir a Perón y encarcelarlo en Martín García.

Hay quienes sostienen que toda revolución debe ser violenta o que “la violencia es la partera de la historia”. Sin embargo el hecho revolucionario de masas mas importante del siglo pasado, el 17 de Octubre de 1945, fue una manifestación pacifica y alegre, que puso en la escena política a un sector social hasta entonces ninguneado: la clase trabajadora organizada.

 

El clima de época y la oposición a Perón

Para entender la oposición a Perón en 1945, es necesario situarse en el contexto histórico y el clima de época. De 1939 a 1945 el mundo estará sumergido en la Segunda Guerra Mundial. En nuestro país, la guerra es tapa de los diarios y los relatos de las grandes batallas se vivían en directo por las radios. La colonia alemana y parte de la italiana eran simpatizantes del eje .
El estudiantado universitario, los intelectuales de clase media y alta -el progresismo de la época- eran mayoritariamente aliadófilos, y consideraban a Perón como la extensión del nazi-fascismo en la Argentina. La neutralidad en el conflicto sostenida desde inicios de la guerra, era vista como un disimulado apoyo al Eje. Una visión binaria de la realidad no admitía terceras posiciones. Sino adheríamos a los aliados, éramos pro nazis.
Con la mirada puesta en Europa, antes que en la realidad nacional, los jóvenes universitarios soñaban con tener su propia “liberación de París” con desfile de marines incluido, pero por Avenida de Mayo.
Obviamente mas concretos eran los intereses de la vieja oligarquía nativa, la Sociedad Rural, las cámaras patronales, las embajadas británica y norteamericana que se oponían a ceder beneficios a los trabajadores, y al cambio del modelo agro-exportador, por el modelo de industrialización con justicia social que venía a proponer el Coronel Perón.

El investigador Samir José Juri en su tesis sobre los Comandos Civiles de Cordoba dice: “Podemos interpretar el viraje del activismo estudiantil hacia los comandos civiles como un traspaso natural, un deslizamiento hacia formas de confrontación más disruptivas, menos democráticas y dispuestas a llevar adelante su objetivo político. Los estudiantes secundarios y universitarios entrenados en las peleas callejeras contra la policía en los últimos meses de 1954 se desenvolvieron de manera rápida y eficaz en la conformación de los comandos civiles. Los protagonistas de esa época se denominaban a si mismo héroes, héroes anónimos que dieron su vida por lo que creían justo y necesario. Incapaces de reconocer que estaban derrocando al presidente que más conquistas sociales brindó al pueblo; ellos se embarcaron en una aventura antifascista, una gesta añeja de segunda guerra mundial.”

 

Los Comandos Civiles, la primer guerrilla urbana

Si bien en los sectores universitarios la oposición al peronismo se manifestó desde 1945, los grupos organizados para la violencia aparecen recién en 1953. Los integraban: radicales, comunistas, conservadores, demoprogresistas, socialistas, y nacionalistas católicos.

El 15 de abril de 1953 tuvo lugar el primer atentado terrorista contra población civil, que se recuerde antes de la Embajada y AMIA. Un grupo de activistas de la FUBA integrado por Arturo Mathov, Roque Carranza, Mariano Grondona, Carlos Alberto González Dogliotti, y los hermanos Alberto y Ernesto Lanusse, apoyados por el capitán Eduardo Thölke (quien proveyó explosivos) hicieron estallar dos bombas en medio de una concentración en Plaza de Mayo provocando 6 muertos y 90 heridos, entre ellos 19 mutilados.

 

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Entre el 16 y 17 de octubre de 1953 fueron detenidos Mariano N. Castex, Hernán E. Blackley, Gastón García Miramon, Raúl A. Jorsiomo, Lorenzo Blanco, Emilio Allende Posse e Isidoro Martínez Castro, logrando fugarse Diego Muniz Barreto. Inspirados en la “operación Antropoide “ de la ejecución del jerarca nazi Heydrich en Praga, planificaban matar a Perón con un jeep cargado de explosivos. Por la edad de los participantes la prensa la bautizó “Operación bebe”.

A fines de 1954 cuando se produce el quiebre de Peron con la Iglesia Católica, los jóvenes católicos van a ser un semillero importante de militantes de los CC. Su actividad principal serán las campañas de panfletismo. Miles de volantes impresos en mimeógrafos e imprentas clandestinas se distribuían en mano a través de redes militantes. Se organizaban para custodiar los templos y ser fuerza de choque en manifestaciones. Unos de los principales dirigentes de los CC católicos era el Hermano Marista Septimio Walsh; primo de Rodolfo Walsh.

Los CC tenían una composición celular clandestina con un responsable cada 10 o 20 militantes, usaban nombres falsos, sistemas de citas, imprentas clandestinas, recibían instrucción en manejo de armas, explosivos, e interrupción de comunicaciones . Su extracción social era la clase alta y el estudiantado secundario y universitario. Estaban “apadrinados” por militares antiperonistas, que les proveían armas, explosivos e instrucción militar. Su financiamiento provenía de sectores del poder económico, como la Sociedad Rural.

Su modelo eran los “maquis” , la guerrilla francesa que combatió la ocupación nazi. Incluso los diarios en sus crónicas hablaban de “los maquis”. Rendían culto a la muerte en combate. Reclamaban para si, la gloria del : “nosotros pusimos la lucha, los presos y los muertos”. Se consideraban la “vanguardia de la revolución” porque debían empujar al ejercito a sublevarse.

Sindicados como jefes de los comandos de Buenos Aires figuraban: el capitan Walter Viader, el Ing. Carlos Burundarena,Juan Francisco Guevara, Renato Benzacon, Dario Hermida, Adolfo Sanchez Zinny, Edgardo García Pulo, Francisco Olmedo y Raúl Puigbo. Otros participantes fueron: Francisco Trusso, David Michel Torino, Emilio De Vedia y Mitre, Augusto Rodriguez Larreta, Mario De las Carreras, Emilio Posse, Eduardo Madero Lanusse, Reinaldo Tettamanti, Alberto Benegas Lynch (padre), Roberto Etchepareborda, Menendez Behety, Rodolfo Urtubey, Luis Maria Pueyrredon y Marta Ezcurra

A mediados del 55 los CC realizan atentados a Unidades Básicas y locales sindicales. En Buenos Aires produjeron al menos una docena de atentados contra policías de custodia en templos y escuelas, con un saldo de tres policías asesinados.

El 20 de Julio de 1955, Diego Muniz Barreto voló con explosivos la Escuela Superior Peronista. El 15 de agosto, son detenidos en la confitería “La Biela” cuatro adolescentes que se movían en un jeep con armas. Probablemente era un vehículo utilizado para balear policías. El jefe del grupo y proveedor de armas, (que se dio a la fuga) era Diego Muniz Barreto.

El 16 de septiembre cuando se inicia la sublevación militar contra Perón, los CC de Buenos Aires realizan acciones de sabotaje en once plantas transmisoras de radio.

En Córdoba epicentro de la sublevación militar, hay una participación masiva de Comandos Civiles integrados por estudiantes secundarios y universitarios . Se habla de 1500 a 3500 jóvenes armados en las calles, acompañando a los militares sublevados.
Los comandos católicos cordobeses fueron organizados por el padre Quinto Cargnelutti, que trabajaba en estrecha relación con los padres Enzo Bordagaray y Enrique Angelleli. Entrevistado por Ismael Juri un protagonista de los enfrentamientos, Luis Bas recuerda: “en la Iglesia del Pilar Quinto Cargnelutti proveía de armas a los chicos”.

 

El hombre y su circunstancia

El hombre es el hombre y su circunstancia. Hay que poner en su contexto histórico, las actitudes de los hombres, porque suelen modificarse ante diferentes circunstancias.
La gran mayoría de los militantes de los Comandos Civiles continuaron siendo antiperonistas hasta su muerte. Pero, hay varios activistas opositores a Peron, incluso algunos participantes de los CC que en los años setenta van a tomar otro camino diferente.
Diego Muniz Barreto mecenas y jefe de los CC, será electo en 1973 Diputado Nacional por la JP-Montoneros, luego de renunciar se vinculará al ERP. Fue secuestrado y asesinado en febrero de 1977.

Rodolfo Walsh, Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Duhalde, Augusto Conte Mac Donnel, Luis B Cerruti Costa, Lucio Garzon Maceda, Conrado Eggers Lan, Emilo Mignone, Norma Kennedy, Carlos Corach, los sacerdotes Carlos Mugica, Miguel Ramondetti, Ernesto Leyendeker, Enrique Angelleli y Jaime de Nevares, son algunos de los nombres muy conocidos, que en 1955 lucharon y festejaron la caída del peronismo, pero en los años setenta los encontraremos en veredas diferentes.

Hay también un hilo conductor entre el papel de sectores de la Iglesia en 1955 y los grupos originarios de Montoneros en 1968/69. El Colegio Nacional de Bs As , el Ateneo Universitario de Santa Fe y la Parroquia Cristo Obrero de Córdoba que en el 55 fueron focos del antiperonismo. Quince años después serán la cuna de la organización Montoneros. Pero eso sera motivo de mi próxima nota.

 

Algunas reflexiones

Como vimos la guerrilla urbana no la inventaron ni Montoneros ni el ERP en 1970, sino los Comandos Civiles en 1953. Y fueron jóvenes de familias patricias y apellidos ilustres. Su primera acción fue un acto netamente terrorista: bombas contra civiles en una concentración en Plaza de Mayo. Aunque a veces, la linea sea muy fina, hay que distinguir entre un acto terrorista y una acción de guerrilla contra un objetivo determinado.
Segundo, el contexto de la acción violenta fue en el marco de un gobierno constitucional. La critica que estos jóvenes le hacían al peronismo, tenía que ver con la falta de libertad de expresión, con el excesivo control policial, con el exagerado personalismo, la demagogia, etc.. Y aunque existen testimonios y acusaciones de apremios y torturas por parte de la policía, no hubo durante los diez años de gobierno peronista muertos por represión policial. Nada parecido a la “Semana trágica”, o a los 29 fusilamientos que va a ordenar Aramburu contra peronistas en 1956.

Por supuesto que el peronismo había cometido errores en su gobierno, que alimentaron la dureza de la oposición. Como siempre la historia no es blanco y negro, buenos y malos. Y lo que finalmente vale es poner en la balanza los aciertos y los errores de cada gobierno.


(*) Autor de "Salvados por Francisco" y "La Lealtad. Los montoneros que se quedaron con Perón".