La Cuesta del Gallinato se presenta como uno de los accesos más singulares hacia el pueblo de Campo Santo, a través de la Ruta Nacional N° 9.
Este recorrido, de aproximadamente 25 kilómetros, comienza en el departamento de La Caldera, y desde el primer tramo, atrapa al visitante por su belleza natural, el estado agreste del camino y la experiencia inmersiva que brinda al aventurarse por sus curvas y cornisa.
La característica principal de esta cuesta es que no está asfaltada, lo que genera un entorno agreste, rústico y profundamente encantador. Para quienes buscan escapar de lo urbano y adentrarse en paisajes silvestres sin intervenciones modernas, este trayecto se convierte en una oportunidad perfecta. El camino está consolidado y transitable, apto para vehículos medianos y variados, siempre que se avance con precaución y respeto por el entorno.
El perfil del terreno es sinuoso y con marcados desniveles, ideal para quienes disfrutan de manejar o andar por caminos serpenteantes en plena conexión con la naturaleza. La cuesta sigue una dirección Oeste a Este, descendiendo en altitud conforme se avanza, lo que permite divisar panoramas cada vez más amplios y encantadores.
Lo más destacado es sin duda el paisaje verde y tupido que lo envuelve. Desde su inicio, el camino se adentra en una vegetación exuberante, donde los tonos verdes estallan en múltiples matices según la estación. Durante la primavera, las lluvias tempranas alimentan una flora radiante, llena de vida y color. En verano, el verde profundo domina, con la vegetación mostrando su máximo esplendor, ofreciendo un refugio fresco y vibrante.
Entre los árboles frondosos, los helechos que crecen al costado del camino y las enredaderas que trepan por la pendiente, el visitante encuentra una inmersión absoluta en el paisaje subtropical. También es común divisar fauna autóctona: aves como el hornero, el tucán y el picaflor revolotean entre las copas de los árboles, mientras algunos mamíferos pequeños pueden cruzarse con suerte y discreción.
Actividades
Gracias a su perfil geográfico, el camino se ha convertido en un lugar privilegiado para el turismo de aventura y actividades al aire libre. Su trazado se adapta perfectamente a disciplinas como: Mountain Bike: Las curvas cerradas, los descensos rápidos y la dificultad técnica del terreno hacen de este lugar un desafío para los ciclistas más osados.
Enduro y motocross: Las motos todoterreno encuentran aquí un circuito natural ideal, con obstáculos, pendientes y espacios para maniobrar con libertad.
Cabalgatas: Para quienes prefieren conectar con la naturaleza desde un enfoque más pausado, recorrer esta cuesta a caballo es una experiencia enriquecedora, que permite apreciar el entorno en todo su esplendor.
Además, es común ver grupos de senderistas, fotógrafos de naturaleza y observadores de aves explorando el trayecto con paciencia, atentos a los sonidos del bosque y al movimiento del follaje.
Aunque el recorrido se destaca por su valor natural, también está cargado de una importante dimensión cultural y regional. Este camino ha servido históricamente como vía de acceso entre pequeñas localidades, conectando Campo Santo con zonas más elevadas del departamento de La Caldera. Es una ruta utilizada por generaciones de salteños, no sólo como medio de transporte, sino también como espacio de intercambio y vínculo entre comunidades.
Experiencia sensorial
Transitar por La Cuesta del Gallinato no es simplemente recorrer un camino; es vivir una experiencia sensorial. Los sonidos del viento entre los árboles, los cantos de aves, el crujir de las piedras bajo los pies o neumáticos, el aroma de la vegetación húmeda y la amplitud visual del entorno componen un viaje que queda grabado en la memoria.
En días nublados, el ambiente se vuelve misterioso y encantador, con nieblas que abrazan los cerros y difuminan el horizonte. Y en jornadas soleadas, el contraste entre cielo azul y vegetación intensa es puro deleite para los sentidos.
Consejos
Para quienes estén pensando en recorrer esta cuesta, aquí van algunos consejos útiles: Llevar suficiente agua y snacks livianos, ya que no hay puestos de abastecimiento a lo largo del camino. Usar ropa cómoda y calzado adecuado para terrenos irregulares. Si se va en vehículo, verificar estado general del auto y evitar los días de lluvia intensa, cuando el terreno se vuelve resbaloso. Tener una cámara o binoculares a mano: la fauna y los paisajes lo ameritan.